4 may 2008

EMBARAZO ADOLESCENTE

Embarazo y maternidad adolescente, caras de la inequidad social*

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AGOSTO 2004

La pobreza condiciona singularmente el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes. El Estado ha elaborado programas pero parecen ser insuficientes. Las organizaciones de la sociedad civil, mientras tanto, multiplican esfuerzos para prevenir y afrontar una de las consecuencias más frecuentes del problema: los embarazos adolescentes no planificados.

En Argentina el 14,6 por ciento(1) de los bebés nacidos vivos son hijos de madres menores de 20 años, según las estadísticas oficiales, y la mayoría de esas madres provienen de hogares de bajos recursos económicos, en una proporción de 17 a 1 respecto de las de más altos ingresos, que se corresponde con un país que soporta los peores niveles de inequidad social de su historia moderna.

A comienzos del 2003, tres de cada 4 niños que nacían en Argentina llegaban a un hogar pobre y en mayo de 2003, según los últimos datos disponibles, 6.367.839 de personas menores de 18 años estaban bajo la línea de pobreza y 2.891.336 en la indigencia. Los niños, niñas y adolescentes, siempre más vulnerables, son también los más expuestos en esta situación.

Cuadro I: porcentaje de nacidos vivos registrados según edad de la madre. República Argentina - año 2002.

El Estado parece moverse ahora más en defensa de las adolescentes embarazadas, de las madres y padres jóvenes, y de sus hijos y desarrolla algunos programas. Pero la situación es tan compleja y tiene una proyección tan sensible en los niños que siguen naciendo en hogares pobres, que en muchos casos el Estado sigue ausente.

Las organizaciones de la sociedad civil afrontan los problemas más urgentes, como los embarazos no planificados y las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH- SIDA, pero reclaman una intervención estatal más firme y de mayor dimensión, particularmente en lo relativo a estrategias de prevención de embarazos y VIH-SIDA.

Mariana tiene 17 años y fue mamá aunque no estaba en sus planes: “Fue una experiencia bastante dura tener una hija a los 15 años sin saber nada”, evoca. Y, en verdad, las cosas no fueron fáciles para ella. “Durante el embarazo tuve un techo y tenía para alimentarme, pero después, cuando nació mi hija, a veces no tenía plata para los pañales o para la leche y algunas veces tuve que elegir: comía mi hija y yo no”. A Mariana, le hubiera gustado que “eso fuera más fácil”, más parecido a la situación de otras adolescentes madres de más recursos.


La sexualidad condicionada

La situación socioeconómica, definitivamente, condiciona el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes en nuestro país. Para Cecilia Correa, de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), "uno de los factores que más incide en los embarazos adolescentes es la pobreza".

Ser madre y padre adolescente suele iniciar, sin distinciones sociales, una cadena de problemas: abandono escolar, inserción laboral prematura y con escasa preparación, responsabilidades económicas y posibles riesgos biológicos para la madre y el bebé, sumado a la pérdida de vivencias propias de la adolescencia.

Mariana repasa su historia más reciente y se llena de felicidad cuando habla de su hija de dos años y medio, pero acepta: “No estaba preparada para enfrentar todo lo que me pasó, para tener una hija a los 15 años y organizar toda una familia sin tener nada, estaba preparada para estar con mis amigas, para salir, para hacer esa vida, no para hacer de mamá”.

El Estado, por obligación y por su poder de acción, debiera ser el principal garante de los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes. El Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, creado por la ley 25.673, comenzó a aplicarse en todo el país a partir de marzo de 2003, al menos formalmente, para disminuir, entre otras cosas, los índices de embarazo adolescente. (VER RECUADRO)

Sin embargo muchos distritos han acusado la falta de insumos y apoyo necesario para ejecutar el programa. La crisis dejó también maltrecho al gran responsable de las políticas sociales, el Estado nacional.

Las organizaciones de la sociedad civil trabajan entonces en sus áreas de acción posible: organizan talleres, capacitan a adolescentes y a operadores sociales. Gabriela Páez, una adolescente que colabora con la ONG "Casa de los Jóvenes" de Salta, realiza talleres sobre educación sexual en distintas escuelas de la provincia y cuenta que en esos espacios “se charla de joven a joven, los chicos se animan a preguntar cualquier cosa, preguntan lo que no le preguntarían a un grande”.(VER RECUADRO)

Pero, inevitablemente, las dificultades para el desarrollo de una sexualidad responsable y la prevención de los embarazos no planificados se potencian en un país donde el 66,7 por ciento de las personas menores de 18 años de edad es pobre(2) .


Dificultades en el acceso a la información

La mayoría de los embarazos adolescentes no son planificados y pueden ocurrir por varios motivos que se superponen. Pero tanto los especialistas de UNICEF Argentina como de otras organizaciones consultadas coinciden en afirmar que una de las causas más importantes es la falta de información adecuada sobre la sexualidad y el cuidado del cuerpo y la dificultad en el acceso a métodos de prevención.

Muchos adolescentes argentinos, de hecho, tienen poco o ningún acceso a la educación sexual y a la información, conocimiento y reflexión sobre la diversidad de métodos anticonceptivos.

“La gente joven está desorientada, algunos tiene padres o madres que les explican pero otros no tienen a nadie que les enseñe y muchas chicas quedan embarazadas”, sostiene Mariana. Lo poco que ella sabía de métodos anticonceptivos lo aprendió “porque hablaba con amigas o porque leía cosas en las revistas.”

Muchas veces la información existe pero es incorrecta o incompleta. "No todos los adolescentes saben colocar un preservativo, muchos desconocen el uso de los métodos anticonceptivos y también circula con fuerza la creencia en ciertos mitos relacionados con la anticoncepción, como por ejemplo, creer que en la primera relación las mujeres no quedan embarazadas", explica Correa, de FEIM.

Las adolescentes de sectores pobres llevan la peor parte, según Correa: “No tienen garantizado el acceso a la información, ni a los anticonceptivos, ni a los servicios de salud, porque sin recursos económicos no pueden comprar métodos anticonceptivos ni costearse el viaje a un centro de salud o a un hospital”.

El estudio "Riesgo reproductivo en la adolescencia", realizado por Rosa Geldstein y Edith Pantelides y editado por UNICEF Argentina en el 2001, da cuenta de la desigualdad en el acceso a la información. Sólo el 32 por ciento de las adolescentes de clase baja conoce al menos cuatro métodos anticonceptivos, un porcentaje que se eleva a 61 entre las adolescentes de clase media alta.

Este déficit de información se refleja en las estadísticas de embarazo adolescente y las desigualdades derivadas de las condiciones de pobreza se trasladan también a ese fenómeno.

El 27,3 por ciento de las mujeres más pobres fueron madres antes de los veinte años, cuando sólo el 1,6 por ciento de las mujeres del estrato de ingresos más alto ha tenido experiencias de maternidad temprana, según un reporte difundido en 2003 por el Gobierno nacional(3).

Según Eleonor Faur, consultora de UNICEF Argentina, “las cifras de maternidad entre adolescentes y jóvenes también traducen el contraste entre las diferentes regiones del país: en la Ciudad de Buenos Aires el 6,5 por ciento de los nacidos vivos son hijos de mujeres menores de 20 años, pero la situación se agrava en las provincias del Noroeste y del Nordeste. El índice más alto de embarazo y maternidad adolescente - advierte Faur - lo exhibe la provincia del Chaco, donde el 24,1 por ciento de los bebés nacen de una mujer menor de 20 años y muchas de estas mujeres ya tienen más de un hijo antes de cumplir los 20.”

Cuadro II: porcentaje de nacidos vivos de madres menores de 20 años por provincias. República Argentina año 2002

Los mandatos culturales y la concepción estereotipada del rol del varón y la mujer también son una variable adicional a considerar en los embarazos a temprana edad.

“Muchas adolescentes, por vergüenza, pudor o miedo al rechazo, enfrentan grandes dificultades para `negociar´ con sus parejas el uso del preservativo y depositan en el hombre la responsabilidad y la decisión del cuidado de su propio cuerpo”, señala Faur.


El aumento del aborto

Este complejo panorama se completa con los casos en los que la situación de embarazo no planificado se resuelve por la vía del aborto.

Una de cada tres (35,3 por ciento) de las muertes maternas en adolescentes se debe a embarazos terminados en aborto(4). En el año 2000 hubo casi 12.000 adolescentes hospitalizadas por problemas derivados de un aborto y por primera vez en el país se registraron muertes maternas en adolescentes menores de 15 años.

"La mejor solución frente al aborto es prevenir los embarazos no deseados", señalan Mabel Bianco y Cecilia Correa, autoras de la publicación “La adolescencia en Argentina, sexualidad y pobreza”.


El impacto sobre la vida escolar

Las consecuencias del embarazo no planificado se extienden, obviamente, a la vida escolar de la madre y del padre adolescente.

El secretario de Educación de la Nación, Alberto Sileoni señala que “cuando las chicas quedan embarazadas deben asumir responsabilidades tempranamente, que, por lo general, no pueden compartir con el estudio, por lo que optan por tener a sus chicos y abandonar la escuela”.

El funcionario es de los que sostienen que hay “una vinculación muy alta” entre embarazo adolescente y deserción escolar, y relaciona este vínculo con la pobreza. Pero Edith Pantelides, investigadora independiente del CONICET en el Centro de Estudio de Población (CENEP), relativiza esta posición.

"Es probable que las adolescentes embarazadas tiendan a abandonar la escuela pero la mayoría de las adolescentes provenientes de sectores de bajos recursos que se quedan embarazadas, ya están fuera del sistema educativo", matiza Pantelides. "Muchas abandonan también por problemas económicos o porque su proyecto de vida está centrado en la maternidad, no hay una relación causa efecto entre embarazo adolescente y deserción escolar”, insiste la investigadora.

Cuadro III: porcentaje de nacidos vivos registrados de madres menores de 20 años según máximo nivel de instrucción de la madre. República Argentina - año 2002.

Inés Martínez, del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, añade que "se debe introducir el tema en las currículas escolares tempranamente porque la única información que se da, a veces, es en la escuela secundaria" y advierte que "estamos llegando tarde porque hay chicas que se quedan embarazadas cuando todavía no llegaron al secundario".

El sistema legal argentino dispone de normas y algunas jurisdicciones tienen en marcha programas que contemplan la situación de alumnas madres y embarazadas en la escuela, tendientes a proteger su derecho a la educación, uno de los derechos de los niños, niñas y adolescentes que están en juego en esta situación.

Desde 1999, la Secretaría de Educación porteña lleva adelante el programa de “Retención escolar de alumnas/os madres/padres en las escuelas medias y técnicas de la Ciudad”, en el que para asegurar la permanencia de los y las adolescentes en la escuela convierte a los docentes en referentes de los jóvenes y organiza talleres de reflexión con estudiantes futuros padres y madres. (VER RECUADRO).

Graciela Camus enlaza el equipo de la Secretaría de Educación con los docentes y alumnas de la EMEM N° 3 "Carlos Geniso" de Villa Soldati, en la Capital Federal. “Hay casos –describe- en que las chicas se quedan embarazadas y no se animan a contárselo a sus familias, hay otras que no van a los controles médicos, también hay casos de chicas que no pueden enfrentar un embarazo, hay chicas que han intentado suicidarse y también hay adolescentes que dicen haber elegido quedar embarazadas”. Camus asegura que “cada situación es única” y que lo importante es estar atento a las necesidades de las adolescentes para poder ayudarlas, para “que se encuentren con ellas mismas, con su rol de mamá.”


Una cuestión de derechos

Concebir a los adolescentes como sujetos de derechos implica respetar y garantizar también sus derechos sexuales y reproductivos. Esto significa asegurarles el acceso a la educación sexual, a la información adecuada para evitar embarazos no planificados e infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA y a los servicios de salud, que deben garantizar un clima de confianza, privacidad y confidencialidad.

La propia Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (sancionada en Argentina en 1990 e incorporada a la Constitución Nacional en la reforma de 1994) legitima el derecho de los niños, niñas y adolescentes a decidir, opinar y participar en todos los asuntos que los involucran.

Eugenia Trumper, coordinadora del Programa de Salud Reproductiva y Procreación Responsable del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires considera fundamental la educación sexual. Pero para provocar cambios significativos en la conducta y prevenir embarazos no planificados, advierte, "es necesario trabajar con las adolescentes sobre cuáles son sus proyectos de vida, sobre su autoestima, sobre el sentido de la responsabilidad, sobre el cuidado de la salud y sobre el fortalecimiento personal para tomar decisiones".

Todos los adolescentes necesitan libertad para preguntar, aclarar dudas y expresarse sobre su sexualidad. Varias experiencias en el nivel provincial se esfuerzan por garantizar esos espacios de expresión, de especial importancia en distritos como Chaco, de los más pobres y con el índice de embarazos en mujeres menores de 20 años más alto del país. Sonia Ibrahim, docente chaqueña, sostiene que la pobreza "determina o al menos condiciona las cifras de embarazos adolescentes en la provincia".

Lo más importante, afirman en un equipo de trabajo en Córdoba, es “el diálogo, el vínculo afectivo, el intercambio, poder aprender de los niños, niñas y adolescentes y entender que la sexualidad es algo que nos vincula y nos atraviesa desde que nacemos”. (VER RECUADRO)

El Estado, sin embargo, es el que debe asegurar que niños y adolescentes sean beneficiarios, sin excepción ni discriminación alguna, del más alto nivel de salud y de las políticas de prevención y atención en salud sexual y reproductiva, según la Ley 25.673 que creó el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.

Pero la crisis socioeconómica obliga a pensar cuál es el camino adecuado para implementar políticas de prevención de los embarazos no planificados y de las infecciones de transmisión sexual entre niños y adolescentes en situación de pobreza y exclusión.

Correa, de FEIM, sugiere una estrategia dual, que en primer término desarrolle “políticas universales a largo plazo que les garanticen sus derechos sexuales a todos los adolescentes”, sin importar su clase social.

Pero, simultáneamente, imponerse “metas a más corto plazo que puedan atender en forma prioritaria a los adolescentes de bajos recursos, que articulen la educación sexual con la provisión gratuita de anticonceptivos”.

Algunas cosas están comenzando a hacerse, dicen los especialistas, pero hay una coincidencia general: para que las soluciones sean más efectivas es importante que el Estado articule su intervención con el trabajo de organizaciones de la sociedad civil. Y a su vez, que las organizaciones puedan monitorear los programas del Estado.

(1) Estadísticas Vitales, Información Básica 2002, Dirección de Estadísticas e Información de salud, 2003.
(2) Encuesta Permanente de Hogares (INDEC), onda mayo 2003.
(3) Informe Día Internacional de la Mujer, año 2003. Sistema de Información, Monitoreo y Evolución de Programas Sociales (SIEMPRO), Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
(4) "La adolescencia en Argentina: sexualidad y pobreza", FEIM, 2003.

* NOTA: El material aquí presentado no refleja necesariamente el punto de vista de UNICEF y Fundación Arcor y fue elaborado exclusivamente por Periodismo Social.



Guía de fuentes:


UNICEF
Responsable Área de Prensa: Paula Chinellato - pchinellato@unicef.org
Teléfono: 011-5093 - 7100 (int 144)
Junín 1940 PB - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
www.unicef.org/argentina

Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM)
Lic. Cecilia Correa
Paraná 135 3º “13”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Tel/fax: (11) 4372-2763
feim@ciudad.com.ar
www.feim.org.ar

Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
Pizzurno 935 - C1020ACA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfono: (011) 4129-1170
Prensa: Silvina Seijas sseijas@me.gov.ar

Dra. Edith Alejandra Pantelides – Centro de Estudios de Población (CENEP)
Av. Corrientes 2817 7º Piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfono: (11) 4961-0309/2268
cenep@cenep.org.ar
www.cenep.org.ar

Dra. Eugenia Trumper – Programa de Salud Reproductiva y Procreación Responsable del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Hospital Rivadavia
Av. Las Heras 2670, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfono: (11) 4809-2000 int 2107

Programa de Retención escolar de alumnas/os madres/padres y embarazadas en Escuelas Medias y Técnicas
Dirección de Educación Media – Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Bartolomé Mitre 1249 3º piso oficina 36, Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: (11) 4372-6764 / 4372-6798

Ministerio de Salud de la Nación
Prensa: 4379-9187
www.msal.gov.ar

CLACyD - Córdoba, Lactancia, Alimentación, Crecimiento y Desarrollo
Hospital Pediátrico del Niño Jesús (Ex- Casa Cuna)
Castro Barros 650 1er Piso, Ciudad de Córdoba
Teléfono: (0351) 474-0299
clacyd@eco.unc.edu.ar
info@clacyd.org.ar
www.clacyd.org.ar

Instituto de Prevención y Educación en Salud y Sexualidad- IPESS
Av. Corrientes 4539 Dto. 6, Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: (11) 4863-5047
ipess@ipess.com.ar

Asociación Argentina de Educadores Sexuales (A.A.E.S.)
Rodríguez peña 1686 9° "b", Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: (11) 4813-0579
aaes@ciudad.com.ar



Fuentes estadísticas


Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (SIEMPRO)
J. A. Roca 782 Piso 5º, Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: Conmutador (11) 4343-0181 int. 5740
info@siempro.gov.ar
www.siempro.org.ar

INDEC
Av. Julio A. Roca 615, PB, Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: (11) 4349-9200
www.indec.gov.ar
ces@indec.mecon.gov.ar



Documentos consultados


- FEIM, “Sexualidad y salud en la adolescencia: herramientas teóricas y prácticas para ejercer nuestros derechos”, Buenos Aires, 2003
- FEIM, “La adolescencia en Argentina, sexualidad y pobreza”, Buenos Aires, 2003
- Geldstein Rosa N., Pantelides, Edith A., “Riesgo reproductivo en la adolescencia, desigualdad social y asimetría de género”; UNICEF, 2001.



Otros materiales de consulta


Informe: El embarazo en la adolescencia. Diagnóstico para reorientar las políticas y programas de salud. CEDES - Centro de Estudios de Estado y Sociedad - 2004

Informe “Situación de las madres y los recién nacidos en el mundo” elaborado por Save the Children, 2004.

Preguntas y respuestas para madres adolescentes y sus niños sobre los derechos que los vinculan por Silvia Chavenneau de Gore

Ley 25.673 de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable

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