RESUMEN
Los hombres violentos en el hogar no constituyen una muestra homogénea. Ha habido varios intentos de establecer tipos de maltratadores en función de diversas variables (extensión de la violencia, perfil psicopatológico, etc). La originalidad de este estudio radica en establecer una tipología en función de los trastornos de personalidad y en sugerir líneas de intervención terapéuticas especificas acordes con ella. Se trata, en último término, de proponer programas de intervención a la medida según el tipo de trastorno de personalidad experimentado.
En este estudio se han seleccionado 100 maltratadores, procedentes de una muestra total de 840 hombres violentos en el hogar sometidos a tratamientos y pertenecientes a un estudio multicéntrico en cuatro ciudades norteamericanas distintas. El 82% de los sujetos llegaron al programa por vía judicial. A todos ellos se les ha aplicado el MCMI-III (Inventario Clínico Multiaxial de Millon).
El análisis de los perfiles sugiere la existencia de seis perfiles de personalidad diferenciados, dos de los cuales (paranoide y límite) (el 15% de la muestra) son graves y vienen acompañados frecuentemente de trastornos del eje I (depresión mayor por ejemplo) del DSM-IV; otros dos son de gravedad media (narcisista y antisocial) (el 29%); y, por último, otros dos son de gravedad baja (narcisista / adaptado y evitador / depresivo) (el 56% del total). Estos dos últimos, al ser leves, presentan alteraciones adaptativas, pero no encajan directamente con los criterios diagnósticos estrictos de un trastorno de personalidad.
Una vez elaborados los seis perfiles de personalidad, se describe cada uno de ellos, se ilustra con un caso clínico y se marcan algunas sugerencias especificas para el tratamiento en función del perfil descrito. En cuanto a los menos graves, los maltratadores narcisistas / adaptados pueden beneficiarse si se establecen de forma explicita los objetivos del tratamiento, se plantea la aceptación de la responsabilidad con tacto, sin herir su autoestima, y se lleva a cabo un entrenamiento adecuado en empatía. A su vez, los maltratadores evitadores / depresivos responden bien al reforzamiento del terapeuta, al entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación y a la reestructuración cognitiva de sus miedos infundados y pueden requerir un tratamiento complementario de tipo psicológico o psicofarmacológico para hacer frente a los síntomas de ansiedad y de depresión.
En cuanto a los medianamente graves, los antisociales, requieren el establecimiento estricto de limites, el desarrollo de la empatía y el control del abuso de alcohol y drogas. A su vez, los narcisistas puros debe motivárseles con un tratamiento del que van a obtener mas ventajas que inconvenientes y con tareas en grupo que puedan controlar su tendencia al individualismo estricto.
Respecto a los muy graves, los paranoides, que se suelen presentar como victimas, necesitan ver un beneficio directo del tratamiento, lo cual se puede conseguir, más que con un desafío directo a sus ideas irracionales, con una comunicación abierta, unas tareas graduadas y una estrategia de solución de problemas. Por último, los maltratadores con el trastorno límite, que son impulsivos, inestables emocionalmente y con tendencias suicidas, pueden beneficiarse si se les enseña una regulación de los afectos, un control del abuso de alcohol y drogas y el manejo de la ansiedad y de la ira, así como habilidades apropiadas de la comunicacion.
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