6 jun 2008

VIOLENCIA MACHISTA

Sigue la violencia machista
Más muertes de mujeres a manos de sus parejas sentimentales. Tres en un fin de semana en diversos lugares de la geografía española y con diversas edades. La violencia machista no es exclusiva de un grupo de edad: jóvenes, adultos y ancianos la ejercen y se convierten en asesinos de aquellas que dicen "amar".

La ley que se suponía que iba a combatir este vergonzoso fenómeno social está resultando un completo fracaso, quizás porque los tiquismiquis jurídicos contra la discriminación positiva -realizados por varones, por cierto- rebajaron el objetivo de la ley y menguaron su eficacia preventiva.

También porque la prevención no es exclusivamente tarea policial y judicial, pues la cultura machista está muy presente en la sociedad española. Y lejos de ir menguando, los niños, los adolescentes y los jóvenes la tienen bien interiorizada, y esas pautas de comportamiento se transmiten y se refuerzan por múltiples vías en los grupos primarios de cada uno y por diversos medios de comunicación y entretenimiento, sean series de dibujos animados de TV y vídeos, sean diversas clases de vídeo juegos para consolas y ordenadores, sea Internet, sean los cada vez más abundantes programas basura de las distintas cadenas televisivas. Por no hablar de las relaciones de "apropiación de las mujeres" que se establecen entre los sexos en los grupos de amigos de escuelas, colegios, institutos y universidades, y de las cuales sabemos poco aún, por lo menos yo.

Seguirán diciendo algunos que esto es resultado de una manipulación de las malvadas feministas sobre los medios de comunicación. Pero a esas mujeres muertas a un ritmo de una cada cinco días nadie les va a devolver la vida. Si eso no es una enfermedad de la sociedad, una patología social que decía Durkheim, "que baje dios y lo vea" como dicen mis paisanos.

Me parece que lo menos que podemos hacer por ellas es señalar claramente la causa de su muerte: es el machismo no el ámbito doméstico. Por favor señores y señoras periodistas, redactores y autores de libros de estilo de los medios de comunicacion: dejen de llamar violencia doméstica a lo que es violencia machista, que a veces se ejerce en la casa y otras en la calle, o donde el asesino logre acorralar a su víctima y acabar con su vida en una enésima y tristísima repetición de la maté porque era mía.

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