21 sept 2008

CANALIZACION

QUE ES LA CANALIZACION, COMO SE PRODUCE

La canalización es tan antigua como la historia humana. Siempre hubo personas capaces de ingresar en estados de conciencia expandida, para recibir orientación, revelaciones y profecías. Hemos llamado a estas personas videntes, profetas, oráculos y visionarios: hombres y mujeres que traían al pueblo la palabra de Dios o de los dioses. Los profetas del Antiguo Testamento, el oráculo de Delfos y la guía constante proporcionada por el oráculo Nachung, del budismo tibetano, son ejemplos de lo que ahora llamamos canalización.Puesto que la canalización se ha convertido recientemente en un fenómeno popular, asociado con la Nueva Era, resulta fácil pensar que no es sino eso: una técnica de la Nueva Era. Sin embargo, el sintonizar la conexión con los niveles transpersonales de la conciencia, en busca de inspiración y esclarecimiento, ha marcado la evolución de nuestras religiones, nuestras artes, nuestra filosofía y hasta de nuestra ciencia, desde el principio de la humanidad.

Los antiguos poetas decían que escuchaban a las Musas. En diversos campos, matemáticos e investigadores aseguran haber tenido una súbita "intuición" que resolvió el problema que los tenía perplejos. Los líderes religiosos dicen haber tenido "revelaciones". Aun dentro de la Iglesia Católica, si el Papa recibe una de esas "revelaciones" se convierte en parte de la doctrina, sin que deba ser aprobado por el congreso de cardenales. Intuición, inspiración y revelación son distintos ejemplos del trascender nuestro pensamiento cotidiano ordinario, para tocar lo transpersonal y así traer a nuestra vida cotidiana algo que no estaba antes allí.

Se podría decir que toda actividad creativa es una forma de canalización. El actor y la actriz excelentes no representan un papel se convierten en el personaje que están representando. Eso es lo que nos deja sin aliento. En todas las artes hay momentos de exaltación en que el individuo desaparece y quedan sólo la danza, sólo el canto, sólo la música. En momentos tales el público se siente transportado fuera de sí mismo, hacia el reino de la danza, el canto o la música. Son los momentos que tanto ansían el público y el artista: los momentos que tocan el alma.
Cada uno de nosotros es un Ser multifacético. Esta¬mos habituados a "considerarnos singulares, pero si lo piensas reconocerás la verdad de que eres muchos aspectos diferentes de un solo Ser. Hay muchos seres diferentes dentro de cada uno, muchos aspectos diferentes y distintos de quienes somos.

A través de nuestro trabajo con Brugh he llegado a entender que somos Seres múltiples, con muchísimos aspectos diferentes dentro de nosotros y la capacidad de conectamos con más aspectos aun, que están más allá de nuestros propios recursos individuales. Esta comprensión ha cambiado por completo mi manera de ver la experiencia de canalización.
Cuando comencé a canalizar pensé que "yo" estaba permitiendo que "otro" entrara en mi cuerpo y lo utilizara para traer a la Tierra mensajes de alguna otra dimensión. Consideraba a ese "otro" como entidad aparte, distinta de mi propia conciencia. Ahora experimento la canalización como la utilización voluntaria de mi conciencia personal para vincularme con los aspectos transpersonales de conciencia que están disponibles a todos nosotros. Dentro de los reinos transpersonales hay muchas figuras arquetípicas que pue¬den ser canalizadas. Uno de esos arquetipos es el arcángel Miguel. Sanat Kumara y Madre son también figuras arquetípicas de la conciencia colectiva que llamamos lo transpersonal.

Sin embargo, antes de comenzar a analizar lo transpersonal, dediquemos algún tiempo a analizar los aspectos personales de la conciencia. Tal vez hayas reconocido que hay en ti, por ejemplo, un niño que sigue viviendo en tu interior, independientemente de la edad cronológica que tengas. Tal vez hayas trabajado con tu propio niño interior.
Muchas formas de terapia se dirigen al niño interior, en un intento de curar las heridas de la infancia. Es un paso inicial útil para reconocer la multiplicidad de nuestra Ser-idad. Sin embargo, ese niño jamás puede ser curado, en el sentido en que esos aspectos desaparezcan. Por cierto, no nos conviene hacer desaparecer ese aspecto de nuestro Ser, pues las heridas también nos dieron dones que son una parte necesaria de nuestro propio desarrollo. Es a través de nuestras heridas como desarrollamos recursos que, sin ellas, tal vez no habríamos adquirido. Sin embargo, podemos trabajar con estos aspectos heridos de nuestro yo hasta el punto de que ya no controlen nuestra experiencia de la realidad ni dominen nuestra psiquis. Podemos enfrentar el dolor y experimentarlo de modo tal que se libere la energía de la herida. Y también podemos reconocer los dones que la herida nos permitió desarrollar.

Por ejemplo: si cuando niño fuiste reprimido, tal vez hayas desarrollado la voluntad de expresarte. Si cuando niño fuiste castigado, puedes haber desarrollado la sensibilidad necesaria para percibir cambios sutiles y no realizados en el humor o la energía de tus padres, a fin de evitar una paliza. Esta sensibilidad pudo servirte después para trabajar con otros. No estoy condonando el maltrato de los niños; me limito a sugerir que no hay víctimas y que toda experiencia vivida nos ha servido a cierto nivel. Cada uno de nosotros ha elegido exactamente la crianza adecuada para desarrollar los recursos que necesitamos para cumplir con nuestro destino en la Tierra. Si pudiéramos curar las heridas que creamos a fin de desarrollar nuestros recursos, es posible que elimináramos también esos recursos. A lo largo de nuestra historia, la gente realmente grande no provino de familias dulces. Si eres padre quizás hayas notado que, aun cuando tu intención haya sido proteger a tus hijos de las heridas que puedas haber sufrido tú, de cualquier modo las reciben, si no de ti, de la vida.

Aunque no podamos curar al niño interior, podemos expandir nuestra experiencia de quienes somos a fin de vivir conscientemente nuestra existencia en otro aspecto de nosotros mismos; así ya no estamos dominados por las heridas. Podemos abrimos a aspectos ya maduros de nuestra conciencia, que tienen los recursos necesarios para manejar las circunstancias de nuestra vida de una manera adulta. Podemos crecer y, al hacerlo, abrirnos a los aspectos multifacéticos de nuestra Ser-idad. Sin embargo, para hacerlo debemos estar dispuestos a salir de esos aspectos de nuestra Ser-idad que nos reconfortan por su familiaridad. Debemos sacrificar al niño interior, dejándolo atrás, cuando elegimos conscientemente operar en nuestra vida a partir de nuestros aspectos adultos, más plenos de recursos.

Dentro de nosotros no tenemos sólo un niño interior, sino todo un jardín de infantes. La mayoría de nosotros tiene un niño rechazado, otro abandonado, un niño bueno, otro malo, un niño herido, otro juguetón, y muchos otros aspectos de nuestra psiquis que se basan en la infancia. También tenemos varios adolescentes, jóvenes y adultos maduros; si tenemos suerte, un anciano sabio. Puede haber un supremo sacerdote o sacerdotisa, un vagabundo, una prostituta, un comerciante de éxito y, con toda seguridad, un juez. Quizá te hayas preguntado cómo puedes sentirte y pensar de un modo en cierto momento y, al siguiente, de un modo totalmente distinto. Esto se debe a que has cambiado aspectos dentro de tu psiquis. Cada aspecto tiene sus propias emocio¬nes, su postura corporal y su punto de vista. No me refiero a la presencia de una entidad aparte o de un alma perdida oculta dentro de nuestro cuerpo energético. He escrito sobre ese fenómeno en un libro titulado Hacia la luz. Cuando está presente un alma perdida, llevas en ti toda la estructura de personalidad y los recuerdos de otra persona. Lo que sugie¬ro es que tu propia personalidad está compuesta por muchos aspectos diferentes de tu propia conciencia.

La existencia de nuestros diversos aspectos puede ser con frecuencia una fuente de conflictos interiores y exteriores. Quizá te hayas preguntado cómo puedes ser generoso y amable en un momento y mezquino y vengativo una hora o un día después. Puedes haberte preguntado cómo puedes ser leal y fiel para con tu pareja, sin dejar de sentirte atraído por la promiscuidad. Puedes experimentar tu ser como sereno y comprensivo y sentir que pasas a estar enfadado y agresivo. Casi todos experimentamos estos cambios en forma conflictiva. Utilizamos un aspecto para invalidar el otro. El juez entra y pregunta cómo podemos ser generosos, si nos sabemos mezquinos y codiciosos. Por lo tanto, decidimos que, en realidad, no tenemos nada de generoso. Luego procedemos a tratar de disimular nuestras características "negativas" y representamos una comedia en la dirección opuesta. Por ejemplo: damos demasiado, tratando de ser generosos, porque tenemos miedo de no serlo.

Yo misma he experimentado muchas veces este conflicto entre distintos aspectos de mí. Por ejemplo: como líder de grupo y maestra espiritual, con frecuencia me asombra el poder y la sabiduría de lo que surge a través de mí en un grupo.
Comienzo a identificarme con ese aspecto de mí que puede usar la máscara de la maestra. Comienzo a pensar que eso es lo que soy. Me identifiqué con ese aspecto de mi Ser que estaba guiando a un grupo; luego pensé que yo debía ser así constantemente y me encontré tratando de ser una maestra espiritual en todos los aspectos de mi vida.
Sentí que empezaba a representar una comedia. Allí estaba yo, mirando vídeos y comiendo palomitas de maíz, mientras trataba de ser sabia y profunda. No me gustó la falsedad de tratar de responder a la imagen que de mí misma había creado. Sin embargo, sabiendo que me gustaba ver vídeos y comer palomitas de maíz, que en realidad era una persona común, comencé a invalidar mi trabajo en los grupos. Estaba viviendo en el mundo del "o bien". O bien era una maestra espiritual o bien era una vulgar televidente comedora de palomitas de maíz. Brugh me presentó el mundo del "y tam¬bién". Desde entonces vivo feliz.

Ahora sé que cuanto surge a través de mí cuando estoy actuando como maestra es tan valido y apropiado como cuanto surge a través de mí cuando estoy recreándome. Es, simplemente, operar a través de aspectos diferentes de mi Ser. A veces, algún miembro de un grupo pregunta por un sueño o un problema durante el descanso o durante una comida, cuando estamos en nuestro yo simple y vulgar. No podemos alcanzar el nivel de conciencia necesario para responder a esa pregunta sin cambiar de aspecto; por eso debe¬mos pedirle que formule la pregunta durante la sesión.

En mis años de canalización he encontrado muchos tipos diferentes de energía y muchos niveles de conciencia diferentes. Por ejemplo: cuando estoy canalizando una respuesta a una pregunta personal, generalmente es una energía la que surge. Este aspecto de lo transpersonal dice llamarse Gabriella y puede ser histéricamente divertida.
Con frecuencia me descubro riendo con todos los demás cuando ella trata de animar a la gente con respecto al juego de ser humano. Sin embargo, cuando canalizo en un grupo y se presentan cuestiones de naturaleza filosófica, el aspecto de lo transpersonal que suele responder es el que dice llamarse Sanat Kumara.

Sanat es uno de los Maestros Ascendidos asociados con el planeta Venus. Es responsable del despertar de la conciencia en el planeta Tierra. Su energía es muy diferente de la energía liviana y angélica de Gabriella. Sanat es sólido, reservado y serio. Otro aspecto que canalizo con frecuencia es la energía que llamamos Madre. Recientemente se ha estado presentando con frecuencia cada vez mayor, cosa que relaciono con la necesidad de un renacimiento de la energía femenina existente dentro de cada uno. Ella parece ser el epítome de la energía femenina arquetípica. Siempre me conmueve su presencia y la compasión desde la que habla. Sin embargo, éstos son sólo tres de los muchísimos aspectos diferentes de lo colectivo que han surgido a través de mí.

En el Entrenamiento de Trabajadores de la Luz enseñamos a canalizar; así gozamos el beneficio de oír canalizar a otros cientos de personas; según mi experiencia, es incontable el número de aspectos diferentes que están a nuestro alcance en los niveles transpersonales. Es una alegría explorar estos niveles e interactuar con los diversos aspectos de lo colectivo a los que estamos individualmente conectados.
Como en los estados colectivos de conciencia hay muchos niveles diferentes (desde aquellos que se vinculan estrechamente con los niveles de la personalidad humana hasta los que tratan temas muy abstractos) la canalización se ha utilizado de muchos modos diferentes a lo largo de la historia.
Hay una antigua forma de canalización que persiste en la actualidad: es la comunicación con los muertos.

Aun en las culturas occidentales, los creyentes del ocultismo siempre han consultado a los médiums a fin de recibir mensajes de sus seres amados fallecidos. Entre golpes en la mesa y encuentros con la tabla ouija, se puede haber preguntado al tío Joe dónde escondió su dinero. Sue puede haber pedido a Tom que la perdonara; quizá lloró al decirle que, en realidad, lo había amado. Alguien puede haber preguntado a la tía Sally cuál era el ingrediente secreto del pastel de manza¬na con el que ganaba todos los premios. En un cuarto a oscuras y en silencio, el médium cae en trance y el tío Joe habla a través de él desde el mundo de los espíritus. Consultar a los muertos buscando terminación, consuelo, informaciones y hasta orientación es algo que siempre ha ocurrido, de una forma u otra.

Aunque comunicarse con los muertos puede ser a veces curativo y útil, no es el tipo de canalización al que nos referimos en este libro. No recomiendo canalizar a los muertos. El sistema de conexión que utilizamos al canalizar está ideado para trascender el nivel de conciencia asociado con los muertos recientes, buscando los aspectos transpersonales de nuestra Ser-idad. Es la información provista por el nivel transpersonal de conciencia lo que resulta útil en el despertar de nuestra experiencia de quienes realmente somos. A veces he querido información de alguien que ha muerto recientemente (por reciente se considera un fallecimiento ocu¬rrido dentro de los cien años últimos). En el capítulo siguiente analizaré los modos de conectarse con ese nivel.

Las religiones espiritualistas siempre han utilizado alguna forma de canalización para ligar a los creyentes con su fe. Con frecuencia emplean danzas o drogas para inducir un estado similar al trance; luego convocan a los espíritus para que entren en su cuerpo y hablen con la gente. Se pide entonces a los espíritus que otorguen lo que se les pide en las plegarias.
Pasé un par de años en Brasil y, si bien nunca asistí a ninguna de esas reuniones, estoy familiarizada con el espiritualismo vudú de Macumba e Irmanjoa. La forma de canalización que utilizan estos grupos no es tampoco la que estamos tratando. Las religiones espiritualistas emplean formas de canalización que corresponden al reino de la magia.

El MUNDO DE LA MAGIA

¿Qué es la magia? ¿Qué interpretas por magia negra? ¿Qué interpretas por magia blanca? Piénsalo por un momento, si lo deseas. ¿Cuál es la diferencia entre magia negra y magia blanca, a tu modo de ver?
Hace muchos años que me formulo estas preguntas. La práctica de la magia tiene lugar, por cierto. Para las personas que apenas se inician en el sendero del despertar, el fenómeno puede ser, como lo fue para mí, la primera señal de que la realidad física no es lo único que hay. Esto resulta muy útil para ayudar a romper los lazos que nos han encadenado al mundo de los sentidos, con exclusión de los niveles de la realidad que están más allá de la forma.

Con frecuencia, la gente necesita ver algo que considera fuera de la realidad ordinaria, a fin de comenzar a abrirse a la posible existencia de otras realidades. Hay más, mucho más que la realidad física. Ciertas cosas, que no se pueden explicar por la realidad física habitual, pueden indicar la existencia de otros niveles de la realidad. Esto puede ser un principio para la exploración de otras realidades (como lo fueron las drogas para algunos de nosotros) y eso cumple una finalidad. Sin embargo, como en el caso de las drogas, una vez que la puerta ha sido abierta, el fenómeno puede ser una trampa.

La gente puede atascarse en los niveles fenoménicos (como los movimientos de la mesa, el doblarse de la cuchara o el convocar a los muertos) y no pasar nunca más allá de estos niveles, sin hacerse responsables por la plena realización de todos los planos de su Ser. El viaje espiritual no consiste en fenómenos interesantes. El viaje espiritual, tal como lo veo, consiste en abrirse a la plena Ser-idad que se es, hacerse responsable de ella, manifestarla y celebrarla. Consiste en la realización del Ser.

Recientemente tuve el privilegio de ser presentada a los "amigos" de un médico brujo blanco proveniente de Togo. Este hombre negro, educado y bien vestido, se consideraba brujo blanco porque usaba su magia con propósitos "buenos". Sus amigos o aliados trabajaban con él desde las dimensiones espirituales. Fue una muestra de confianza que me abriera su mundo interior; me sentí agradecida por esa oportunidad única. Los espíritus con que trabajaba eran convocados por medio de las tradicionales ofrendas de dinero y alcohol puro: ginebra vertida en la tierra del jardín y monedas enterradas tras el arbusto de lilas. El alcohol es una esencia tradicionalmente utilizada para llamar a un espíritu, que también es una esencia. El dinero es una versión moderna de los frutos del trabajo humano, ofrecidos a cambio del trabajo de los espíritus.

Al entrar en trance y abrirme a los espíritus aliados, me sorprendió lo poderoso de su energía. La vibración era muy diferente de aquella que experimentaba habitualmente al canalizar; el mundo de imágenes que se abrió con la energía fue totalmente distinto. Al mismo tiempo, esa dimensión a la que me veía guiada era muy familiar; me sentí tan tranquila como si hubiera pasado muchas vidas trabajando en esas dimensiones como shamán, médica bruja y curandera. Conocí a varios espíritus de esa dimensión y ellos me mostraron (es muy difícil traducir la experiencia al lenguaje, pues éste sólo puede señalar la experiencia, sin captarla ni expresarla jamás en su plenitud) los niveles de los que eran amos, la variedad de su influencia y su interés. Inmediatamente capté que estaban involucrados en el mundo del deseo. Estaban ligados a las preferencias personales. Estaban dispuestos a cumplir los deseos de sus aliados en forma física, y esos deseos provenían del nivel de la personalidad de la psiquis humana.

Para mí, eso es la magia. Es el intento de manipular la realidad para modelarla según los deseos y pensamientos que provienen de la mente humana. Estos deseos pueden ser considerados "buenos" o "malos", lo cual es altamente subjetivo y relativo, pero igualmente provienen de una persona que cree saber qué "debería" pasar. Eso es muy diferente a entregarse a las fuerzas del universo y tratar de trabajar en armonía con ellas, en vez de manipularlas en beneficio personal o de acuerdo con el entendimiento muy limitado de que es capaz la mente humana.
Para trascender el ego es preciso buscar algo más elevado que la mente. Y por el tipo de canalización que estamos analizando se alcanza algo más elevado que la mente. Por la canalización uno puede abrirse a los niveles transpersonales de la conciencia y expandir su experiencia de quien es. Este es el gozo y el don qué se puede alcanzar mediante la canalización.

En 1983, cuando comencé, la canalización era relativamente desconocida. Ahora la gente canaliza conscientemente mensajes de delfines y otros animales, de la Tierra, de los Maestros Ascendidos, la Hermandad Blanca, la Hermandad Espacial, personajes bíblicos y decenas de otras figuras arquetípicas.
Tal vez hayas oído hablar del ama de casa inglesa que comenzó a canalizar composiciones musicales para gran orquesta. Nunca ha estudiado música. Sus composiciones canalizadas son de excelente calidad y parecen ser conti¬nuación de la obra de famosos compositores europeos, ya fallecidos.
En Londres tengo una amiga llamada Penélope, que dedicaba las tardes de domingo a pintar. Educada en la clase ociosa, como dicen los británicos (nosotros decimos, simplemente "ricos"), se entretenía pintando al óleo flores y parques, ese tipo de obras que uno ve en las exposiciones laterales de galerías respetables. Un día, estando muy concentrada en la conversación telefónica que mantenía, tomó un lápiz con la mano izquierda (aunque no es zurda) y comenzó a mover la mano sobre el gran block de apuntes que tenía en el regazo. Su mano se movía de prisa; pronto empezó a actuar por su cuenta, trazando líneas hacia aquí y hacia allá, mientras el lápiz volaba por la página. Al dejar el teléfono, levantó el block y quedó atónita al descubrir un rostro etéreo que la miraba a través de las líneas a lápiz. Lo que había tomado por movimientos al azar había producido el retrato de un Ser increíblemente bello.

En un principio Penélope se aterrorizó, sintiéndose "invadida". Aunque se interesaba por la metafísica y había comenzado a explorar su ser espiritual interior, este hecho era totalmente asombroso para ella. Como nada en su pasado le proporcionaba un marco en el que incluir lo ocurrido, guardó su secreto con aprensión. Necesitó algún tiempo y mucho conversar con personas familiarizadas con la canalización para aflojar conscientemente su control, invitando a otro dibujo a surgir a través de ella. Con el correr del tiempo superó sus reparos, tomó algunos lápices de color y se abrió, dejando que por ella surgiera una serie de retratos de otros mundos. Los dibujos no se parecen a nada que yo haya visto anteriormente. Por cierto, no tienen nada en común con los óleos que Penélope pintaba con la mano derecha. Las caras son emocionantes y sobrehumanas, como si al papel se hubiera transferido la esencia de un alma. Una de las mejores galerías de Londres organizó una exposición de estos dibujos "canalizados".

ABRIENDO PUERTAS
En Norteamérica, la canalización se puso muy a la ¿moda. Por desgracia, el ego es capaz de recurrir a cualquier cosa para mantenernos encerrados en nuestra separación; por eso sufrí una gran desilusión al ver la rivalidad que acompañó la popularidad de la canalización.

La gente comenzó a utilizarla como una manera más de separarse del prójimo, en vez de emplearla como herramienta para unir a las personas en el misterio compartido de la vida. Oí frases tales como: "Mi entidad es más antigua que la tuya", "Yo canalizo de un Rayo más elevado que tú." Ese tipo de cosas (al ego le en¬cantan esos "juegos") lleva a perder la oportunidad que ofrece la canalización: la oportunidad de avanzar hacia la unión con lo transpersonal a través de lo personal.
Cuando comencé a canalizar a Sanat, "él" me preguntó si yo podría canalizar un libro. Respondí que sí, pensando que le hacía un favor. Todos los días, a las siete de la maña¬na, entraba en trance y encendía el grabador; así canalicé el primer libro (A Call to the Lightworkers) en un período de seis semanas. Luego canalicé el siguiente, Time for Joy. Gra¬dualmente noté que yo estaba cambiando.

Ya no me aferraba tanto como antes a mis patrones de conducta. Estaba más apaciguada. Podía apreciar un panorama mucho más amplio de la vida cotidiana. Me estaba iluminando. Comencé a comprender que el proceso diario de canalización estaba influyendo sobre mi propio proceso de despertar. Los libros han beneficiado a miles de personas y el proceso de canalizarlos me ha beneficiado a mí. Cuando se me pidió que canalizara este libro, comprendí que no se trataba sólo del libro. Comprendí que necesitaba estar nuevamente inmersa en la energía de canalización, todos los días. El proceso de canalización es un don muy real para mí, en mi viaje de despertar.

Como dije anteriormente, cuando comencé a canalizar pensé que la energía que hablaba a través de mí era "otro". Después de los dos primeros libros se me pidió que canalizara un tercero. Estuve de acuerdo y comencé a canalizarlo en un grabador, todas las mañanas, como lo había hecho con los dos primeros. Había hecho ya una tercera parte cuando empecé a sentirme intranquila. El tono cambió. Ya no parecía tan remoto. En vez de "nosotros aquí, en Venus, y vosotros allá, en la Tierra", se convirtió en "nosotros".

No estaba preparada para eso. Podía manejar la idea de estar permitiendo que alguna entidad lejana utilizara mi cuerpo para enviar mensajes a la Tierra. No me molestaba ser una especie de micrófono cósmico, una inocente espectadora de las obras de poderes más elevados. Eso estaba bien. Sin embargo, de pronto "yo" participaba. Dejé de canalizar el libro.

Sin embargo, continué canalizando para individuos y grupos; con el correr del tiempo me sentí más dispuesta a reconocer que "yo" estaba vinculada con lo que se decía. A veces era como si lo que se estaba diciendo fuera lo que yo diría en mi estado más claro y expandido de conciencia. Claro que siempre hubo en la canalización detalles que, en mi estado de vigilia habitual, yo no hubiera tenido manera de saber. Sin embargo, empecé a reconocer el nivel de conciencia, el espacio del que provenía la información, como algo que no existía aparte de mí. Era claro que mi ser personal, mi propio ego, mi propia mente, no era responsable por ese nivel de información. El Ser con el que estaba habituada a identificarme no podía ofrecer una comunicación tan sabia y rica, pero aun así me sentía conectada con esa información.

Gradualmente empecé a comprender que, si bie n mi propio ser normal no era responsable de la sabiduría que surgía por la canalización, yo podía conectarme con ese plano por medio de mi ser normal. Tenía acceso a los niveles transpersonales de conciencia a través de mi propia conciencia personal. Comencé a experimentar la canalización, no como el dejar que "otro" viniera a usar mi cuerpo, sino como la experiencia de abrirse conscientemente a esos aspectos que, dentro de mi propio Ser, están conectados con los niveles transpersonales y arquetípicos de la conciencia colectiva.
El otro cambio que se ha producido en mí, al abrirme a esos niveles transpersonales de conciencia, es que mi propio sentido del Ser ya no se basa en mi personalidad, en mi ego ni en mi mente. Tiempo atrás había descubierto que yo no era mi cuerpo, ni mis emociones, ni mis pensamientos. Tenía todo eso, por supuesto, pero había dejado de identificarme con ellos. Mediante la experiencia de la canalización sé que no soy mi ser personal. Tengo una personalidad, un ego y una mente, y ya no me identifico con ellos. Es a un tiempo aterrorizante y liberador. Para mí, en eso consiste realmente la técnica de la canalización: se trata de una técni¬ca adquirible, que permite abrirse a aspectos de la conciencia que normalmente no están al alcance de nuestros estados habituales de conciencia. Es una herramienta que podemos emplear para experimentar lo que realmente somos. Puede liberamos de las ataduras del ser personal y permitimos la conexión con aspectos de uno mismo que no estábamos experimentando conscientemente.

En nuestros entrenamientos hemos enseñado la técnica de canalización a personas de todos los estratos de la vida y de varios países diferentes. Algunas de estas personas estaban apenas comenzando conscientemente su viaje espiritual; otros llevaban décadas en él. Cada persona que se abre efectivamente a los aspectos transpersonales de la conciencia, mediante la técnica de la canalización, se siente conmovida por lo sagrado de la experiencia. Con frecuencia hay lágrimas de reconocimiento, como si en verdad uno llegara por fin al hogar.

Canalizo desde 1983. Aunque mi modo de concebir la experiencia ha cambiado mucho desde que comencé, continúa siendo una experiencia muy personal y sagrada, un pasar consciente a una relación íntima con lo divino.
En otras páginas he escrito sobre mi sensación de que, en un principio, se me llevó engañada a la canalización. Pidiendo disculpas a quienes conocen la anécdota, repetiré el episodio en este nuevo libro para quienes no lo conozcan.

Nunca quise canalizar. En realidad, me negaba específicamente a hacerlo. Había estado casada con un hombre que se interesaba mucho por el fenómeno y quería que canalizara para él. Ambos pasamos algún tiempo con Lazaris, una entidad canalizada por Jack Pursel, en Marín County, California; aunque disfrutaba mucho con Lazaris, no quería saber nada con el proceso en sí. Para mí era demasiado fantasmagórico. Aunque trabajaba media jomada como terapeuta de renacimientos y vidas pasadas y había comenzado a liderar algunos grupos pequeños, aún me aferraba a mi identidad de ama de casa "normal". (¡Ah, las maravillosas defensas creativas del ego!)

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CÓMO CANALIZAR

Básicamente hay tres tipos diferentes de canalización. En el primer tipo, la persona que está canalizando —el médium— entra en un estado de trance profundo y parece abandonar el cuerpo, permitiendo que la energía canalizada, con frecuencia bajo la forma de una entidad de personalidad distinta, tome el control de todas las funciones corporales. El ritmo del corazón y la respiración suelen tomarse más lentos; es como si las funciones físicas estuvieran bajo el man¬do de la fuente que se canaliza. En este tipo de canalización, el médium no suele guardar memoria de lo que ocurrió mientras tenía lugar el proceso.
Mientras estaba escribiendo este capítulo tuve oportunidad de conocer a Phyllis Carmel, una médium de cuerpo entero que, como ella dice, "trabaja con espíritus desde hace cincuenta y seis años".

Phyllis conoció a los grandes médiums de la última época y trabajó con ellos; aunque no pasamos mucho tiempo juntas, aprendí mucho sobre lo que significa ser una médium de cuerpo entero. Me conmovieron la dedicación y el sacrificio personal que Phyllis y otros médiums de cuerpo entero ponen en su trabajo. Phyllis canaliza dentro de una Jaula Faraday, artefacto ideado para despejar el campo electromagnético a su alrededor. La Jaula le permite bloquear las emociones de los que están presentes mientras ella canaliza, facilitándole el paso por los niveles que debe atravesar al abandonar su cuerpo. Experimenta el abandono del cuerpo y el tránsito por varios niveles, donde encuentra diversas formas de manifestación al "salir". Es un estado muy vulnerable, de completa pasividad y entrega. Sentí mucha admiración por ella, su obra y su integridad.

La canalización de trance completo o cuerpo entero no es el tipo que yo enseño. La practicaban Edgar Cayce y Jane Roberts. Edgar Cayce era un cristiano tradicional; se dice que se sorprendió mucho y hasta quedó avergonzado cuando le contaron algunas de las curas y recomendaciones que había hecho estando en trance. Sus recetas y remedios no ortodoxos han curado a muchos. Jane Roberts también era un médium de cuerpo entero. Jane era anoréxica; cuando Seth tomaba su cuerpo, fumaba un cigarrillo tras otro y bebía cerveza. La combinación no benefició la salud de Jane, ya precaria. Murió de muerte muy penosa, a la edad relativamente temprana de cincuenta y un años, después de haber pasado la mayor parte de los dos últimos años en un hospital. No fue la canalización lo que la mató, por supuesto, pero el entregar su cuerpo a los apetitos de Seth no la ayudó.

El segundo tipo de canalización, el que enseñamos en nuestro Entrenamiento de Trabajadores de la Luz, consiste en ingresar en un ligero estado de conciencia alterada, similar a un trance. Phyllis lo llama "canalización inspiracional". En este tipo de canalización uno se siente como si se desplazara en vez de partir y oye lo que se dice. El médium está aun presente en su conciencia. Es el tipo que prefiero. Me permite ser responsable de mi propio cuerpo y, si bien no dirijo la canalización, puedo saber y, por lo tanto, ser responsable de lo que se está diciendo.

El tercer tipo no se parece en absoluto a una canalización. Todos hemos oído hablar de un orador bien dotado (quizás un predicador, un político o un profesor) que se planta frente a un grupo y comienza a hablar. Al cabo de un rato es como si captara un torrente de pensamiento que lo conduce brillantemente a lo largo de su discurso. Ese también es un tipo de canalización.

En California trabajé con dos maestros de ese tipo: Werner Erhard y Terry Cole-Whittaker. Terry era ministra de una Iglesia de la Ciencia Religiosa, con programa de televisión propio, los domingos por la mañana. Estudié con ella durante un tiempo y presencié la grabación de su programa. Era asombrosa. Partiendo de unas pocas notas, comenzaba a hablar de un tema y una la sentía deslizarse en una corriente, dejarse arrastrar, hasta que redondeaba todo cuanto había dicho en una conclusión brillante. Luego tomaba un breve descanso, se cambiaba de ropas y volvía a ponerse frente a la cámara, para hablar sobre otro tema. Y así seguía. Grababa los sermones de todo un mes en un solo día y lograba conmover, atrapar la atención y mostrarse brillante en cada uno de ellos. Como decía Terry: "Me canalizo a mí misma." Yes cierto. Sin embargo, el aspecto de sí misma que canalizaba no era el mismo aspecto con el que opera en los otros momentos de su vida diaria.

Esto vale para todos nosotros. Cambiamos aspectos de nuestra conciencia y manifestamos o encarnamos esos aspectos que (si todo marcha bien) son apropiados para las diversas situaciones en que nos pone la vida. Los problemas surgen cuando nos encontramos en un aspecto de nuestra Ser-idad que no es apropiado para las circunstancias del momento. Tal vez nos domina un aspecto y no podemos pasar al más adecuado cuando hace falta. Por ejemplo: si alguien es dominado por su niño rechazado interior, todos los contactos humanos, desde los comerciales a los románticos, se verán empañados por los pensamientos, las emociones y el lenguaje corporal de ese niño rechazado. Entonces estamos en dificultades.

Al trabajar con distintas personas, en nuestros grupos, he notado que nos domina con frecuencia un aspecto que encierra mucho dolor. Como tenemos miedo de experimentar ese dolor, nos resistimos a ese aspecto nuestro, que en¬tonces domina inconscientemente nuestra psiquis. Con frecuencia tememos entrar en el dolor y explorar plenamente ese aspecto que lo contiene, pues nos parece que la magnitud de la emoción puede abrumamos. Creemos que nos destruirá. Es cierto que algunos de esos aspectos del niño no tienen recursos para enfrentar las vastas emociones que están encerradas dentro de ellos. Sin embargo, el adulto comprometido con el pleno despertar y la manifestación de su Ser desarrolla los recursos necesarios para enfrentar todo lo que esté dentro de sí. Cuando va hacia adentro y experimenta plenamente lo que hay allí, es libre.

Sólo atravesando se puede llegar al otro lado. Una vez que se libera la emoción, una vez que se recrea la experiencia (como diría Werner Erhard) ésta ya no tiene poder sobre nosotros. Aún podemos tener ese aspecto como parte de nuestro Ser multifacético, pero él ya no nos tiene a nosotros. Hace falta valor, responsabilidad y amor por el propio ser para enfrentarse a los dragones, pero no hay otro modo de matarlos.
Es muy cierto que "el reino de los cielos está dentro de ti"; debemos estar dispuestos a ir hacia adentro, explorar, experimentar y, finalmente, abrazar lo que allí encontremos. Tal vez no estemos preparados para hacerlo desde el principio o todo de una vez, pero al avanzar en nuestro despertar debemos estar dispuestos a aceptar la responsabilidad de todo lo que somos. En eso consiste la autorrealización.
Si uno está dominado por alguno de los aspectos personales, resulta muy difícil desprenderse de los planos personales y abrirte a lo transpersonal. Por eso las antiguas es¬cuelas del misterio, en su mayoría, no aceptaban a un inicia¬do mientras no hubiera cumplido los cuarenta años. La vida se encargaba de gran parte de su aprendizaje. Debían elaborar la mayor parte de su material personal antes de recibir los secretos de lo transpersonal.

Aun después de ser aceptado en una escuela del misterio, el estudiante debía dedicar muchos años al desarrollo personal antes de ser entrenado en el arte de conectarse con lo transpersonal. Claro que, como ocurre con cualquier otra habilidad, algunas personas tienen una afinidad natural con la canalización y otras no. Naturalmente, esto afectaba el entrenamiento. La canalización es más fácil para algunos, que hemos sido entrenados de una u otra forma de canalización durante otras existencias.

El motivo principal por el que era preciso trabajar en los planos personales antes de aprender el arte de canalizar era asegurar la integridad de la canalización. Los maestros de las escuelas de misterio querían asegurarse de que la canalización no estuviera contaminada por los niveles de la personalidad del médium, ya fuera consciente o inconscientemente. La persona que tuviera cuestiones personales, emociones o prejuicios sin resolver, podía contaminar inconscientemente el mensaje canalizado. Si estaba dominada por un aspecto personal inapropiado, eso se filtraría en la cana¬lización. Si el médium tenía temas con el poder o estaba motivado por la ganancia personal, podía a conciencia contaminar conscientemente la canalización a fin de manipular a otros.

Los budistas tibetanos emplean todavía un asombroso proceso, a fin de asegurarse de que el médium no esté fingiendo una canalización en vez de canalizar realmente al oráculo. El dharma (sendero o camino) de la religión budista tibetana y el antiguo gobierno del Tibet siempre se han guiado por el Oráculo Nachung. El Oráculo Nachung ha proporcionado orientación que Su Santidad, por varias encarnaciones, utilizó para conducir al pueblo tibetano. El oráculo es canalizado por un monje que ha pasado por varias pruebas, con las cuales queda asegurado que es un canal límpido y que puede conectarse con la energía específica del Oráculo Nachung.

En 1987, Gawain y yo estuvimos en Dharamsala, en el norte de la India, para visitar a un amigo que trabaja para Su Santidad, el Dalai Lama. Dharamsala es la sede del Dalai Lama y su gobierno en el exilio. Nos encantaban los rostros serenos de los tibetanos, sus ruedas de oración, ver a los monjes practicando su destreza para el debate en el patio, frente al templo del recinto donde vivía Su Santidad, y la palpable espiritualidad que exudan los tibetanos. Había un profundo gozo y un antiguo reconocimiento al estar en esta cultura nuevamente. Nuestro amigo nos llevó al templo del Oráculo Nachung. Por entonces la silla del Oráculo estaba desocupada desde hacía seis años. Se nos dijo que tres monjes, que parecían tener potencial para contener la energía del Oráculo, estaban en proceso de prueba para el rol de médium.

El médium que capta el Oráculo entra en trance completo; la energía del Oráculo es muy poderosa. Vimos fotografías del último Oráculo Nachung bailando y girando con su pesado atuendo. La energía del Oráculo da al médium una fuerza enorme mientras se encuentra en trance. De hecho, es así como los tibetanos se aseguran de que el ser pesonal del médium está totalmente fuera de acción y sólo el Oráculo está comunicándose. En cuanto el médium cae en trance y se presenta el oráculo, dos monjes asistentes le ponen un yelmo en la cabeza y se lo sujetan con una gruesa correa. El yelmo es sumamente pesado y sólo la energía del Oráculo puede sostenerla

. Los asistentes están especialmente entrenados para reconocer la presencia del Oráculo y colocar el yelmo en cuanto éste se presenta, pero no antes. De igual modo, deben saber con certeza cuándo se ha retirado su energía, para retirar rápidamente el yelmo al médium. Si el médium tratara de fingir una canalización, fingiendo caer en trance y haciendo una declaración sin la presencia del Oráculo, se le quebraría el cuello. No hay peligro de que el médium trate de manipular desde sus niveles personales mientras canaliza al Oráculo Nachung. Canalizarlo es muy penoso y los monjes que son escogidos como médiums no viven mucho tiempo.

Nuestro amigo nos llevó a una habitación trasera del templo, donde se guardaban en vitrinas los elementos tradicionales, incluido ese yelmo. En ese cuarto pequeño y polvoriento, la energía era muy potente. Tengo una profunda afinidad con el budismo tibetano, nacida de muchas vidas pasadas en esa cultura; de pie en ese templo, rodeada por sus pertenencias materiales, comencé a abrirme a la energía del Oráculo Nachung. Fue como un estallido. Las palabras, las imágenes y la poderosa energía que comenzaron a fluir a través de mí eran distintas a cuanto había sentido en mi vida. Experimenté el increíble dolor y la ira indignada del Oráculo por lo que había pasado con el dharma y con el pueblo tibetano bajo el régimen chino.

La energía era demasiada. Demasiado el dolor. Demasiada la ira. Me tambaleé y estuve a punto de caer. Gawain me sujetó, sacándome del templo a rastras. Estaba tan aturdida por lo que había visto que no podía caminar; sólo veía las imágenes de sufrimiento que se me habían mostrado. Gawain me condujo lejos del templo, en tanto yo trataba de liberar esa energía. Gradualmente fue pasando y volví en mí. Un mes después de nuestro re¬greso a Europa supimos que se había elegido a un monje para encarnar el Oráculo. Con frecuencia pienso en ese monje con asombro y compasión por el papel que le toca desempeñar en el juego del despertar.

Los médiums elegidos para canalizar por los tibetanos, así como otros cargos sagrados de religiones pasadas y presentes, generalmente deben demostrar algún talento innato o desarrollado en el terreno de los dones psíquicos o curativos. El shamán tradicional suele haber tenido en su infancia una experiencia que lo señaló para el rol de guía espiritual del pueblo. Puede haber sido una enfermedad, acompañada de una elevada fiebre que produjo visiones, un golpe en la cabeza o un acontecimiento emocionalmente traumático, que dejó sus cicatrices y la capacidad de pasar a otras realidades para traer energía curativa y mensajes a su pueblo.

La canalización de la que hablamos en este libro no requiere una habilidad especial. Nuestro énfasis no cae so¬bre la exactitud del mensaje, sino en la conexión de la persona que canaliza experiencias.
La canalización nos interesa como técnica para restaurar y/o profundizar la relación personal con Dios, con la Fuente, con el océano transpersonal de conciencia del que todos formamos parte. Nos interesa como método para abrir y explorar aspectos de nuestra propia conciencia que, por lo general, no están al alcance de nuestros niveles habituales. Te ofrecemos la técnica para que puedas descubrir las maravillas que están dentro de ti y experimentar una verdad más profunda de lo que realmente eres. La canalización es una manera de sintonizar tu propia naturaleza divina. Como tal, merece ser tratada con el re¬peto y la atención que dedicarías a cualquier experiencia sagrada.

La información, los mensajes, la guía que puedes recibir durante la experiencia, tienen una importancia secundaria. Te pediría que los tomaras como una "segunda opinión" a ser verificada con tu propia experiencia de la vida. Puede ser adecuado o no que sigas la orientación ofrecida en la canalización. Eres tú quien debe decidir. Confío en que uses esta herramienta con prudencia, en bien tuyo y de cualquier otra persona para la que puedas canalizar. Confío que el respeto por ti mismo generará el adecuado respeto por otros; así reconocerás a cada Ser como creador de su propio destino, sin intentar disminuir de modo alguno su poder personal. Confío que este libro te haya llegado porque era apropiado que se te diera esta información. En nuestra época se están entregando al pueblo los antiguos secretos.
Nos hemos preparado para este momento. Ahora hace falta el equipo. Sólo debemos confiar en nosotros mismos.

Generalmente, canalizar es más fácil y más límpido si has pasado por un "clearing".
Cuando alguien lleva consigo a una energía del plano astral puede haber confictos emocionales inexplicables y/o síntomas físicos. Si tienes dificultades con el proceso de canalización o padeces conflictos internos que no parecen relacionados con los hechos de tu propia vida, te sugiero que investigues la técnica de "clearing".

Antes de analizar el proceso de conexión que utilizamos en la canalización, me gustaría hacer algunas sugerencias que pueden facilitarte el proceso. En nuestros entrenamientos siempre hacemos que quien está aprendiendo a canalizar trabaje con un compañero. Quizá te convenga trabajar con alguien con quien te sientas a gusto al seguir las instrucciones siguientes. Puedes escribir unas cuantas preguntas para que tu compañero te las formule una vez que estás en trance. Te sugiero que comiences con tus propias preguntas antes de permitir que otra persona te formule las suyas, pues resulta más fácil y te brindará una sensación de confianza. Aunque no creas saber las respuestas a tus propias preguntas, te sugiero que las formules, de cualquier modo. Sin embargo, si en estos momentos tienes en tu vida un problema urgente, algo que tenga una fuerte carga emocional, quizá convenga reservar esa pregunta para después y comenzar con otras que te permitan un mayor desapego. De lo contrario, tu mente podría intervenir con su conjunto habitual de pensamientos sobre ese tema tan cargado y, con toda probabilidad, tendrías dificultades para mantenerte en un estado de conciencia relajado y receptivo.

Si trabajas con un compañero, repasa con él este proceso de conexión, a fin de que comprenda lo que va a pasar. Leed también las preguntas que él debe formularte cuando estés en trance, para aseguraros de que están claramente entendidas. Tu compañero puede preparar lápiz y papel para tomar nota; también es posible registrar la sesión con un grabador. Con frecuencia será difícil recordar con exactitud qué se dijo, una vez que vuelvas a un nivel de conciencia habitual; por eso es bueno tener un registro de las preguntas y sus respuestas. Acuerda una señal con tu compañero: un movimiento de cabeza o de un dedo; es preferible que no sea una indicación verbal. De ese modo él sabrá cuándo has completado cada paso, a fin de leerte el paso siguiente. Cuan¬do llegue al Número 9 puede preguntar, simplemente: "¿Quién está allí?

Si vas a canalizar solo, puedes memorizar el proceso de conexión o grabarlo, dejando transcurrir algunos minutos entre paso y paso, para hacer el proceso con la graba¬ción. Con un poco de práctica podrás oprimir el botón de grabación de tu aparato sin salir de tu estado de conciencia alterada, para grabar tus preguntas y respuestas, a fin de tener un registro de la sesión cuando canalices solo. Tal vez creas que te vas a acordar y que no es necesario grabar la sesión, pero te sugiero que lo hagas, porque la mente suele jugar sucio; puedes recordar sólo lo que quieres recordar, no todo lo que fue canalizado. Una vez respondidas tus preguntas, recomiendo siempre que tú o tu compañero preguntéis: "¿Hay algún otro mensaje?"

Después de haber practicado la respuesta a tus propias preguntas, tal vez quieras que un amigo o un familiar te formule las suyas. No recomiendo que presenten sus preguntas por anticipado. Deja que te las formulen una vez que estés en trance. Canalizar para otros consiste en creer en uno mismo. Deja que las respuestas fluyan. Trata de no pensar en ellas. Si eres fiel a la canalización habrá respuestas que el consultante no espere o no quiera oír.
Cuando respondo a una pregunta personal mediante la canalización, mi "fuente" (generalmente el aspecto que llamamos Gabriella) pregunta siempre al consultante su nombre verdadero y su fecha de nacimiento. Si esto es natural para ti, puedes hacerlo, pero tal vez no te sea necesario.

LOS CHACRAS CENTROS DE ENEGIA DEL CUERPO

Si no estás familiarizado con los centros de energía del cuerpo, llamados chakras, te conviene consultar algún libro que los describa en profundidad. Breve y muy básicamente, hay siete chakras principales que se distribuyen por la línea central del cuerpo. También existen otros chakras en el cuerpo, pero en nuestro sistema de canalización utilizamos sólo estos siete vórtices de energía principales. El primer chakra está localizado en la base de la columna vertebral, dentro del cuerpo físico, aunque estos centros de energía penetran también en nuestros "cuerpos" no físicos. El primer chakra, con frecuencia llamado chakra raíz, se relaciona con nuestras necesidades y funciones de supervivencia básica. El segundo, localizado en el varón tres dedos por debajo del ombligo y, en la mujer, a cuatro dedos, se relaciona con la sexualidad y la sensualidad. El tercero está en el plexo solar (ese triángulo blanco que hay en la base del esternón) y se relaciona con la voluntad personal y las emociones.
El. cuarto, chakra del corazón, está en el centro del pecho, a un tercio de la altura del esternón. Trabajamos mucho con la energía de este chakra, que es el punto de conexión entre el espíritu (los tres chakras superiores) y la materia (los tres chakras inferiores), es decir: el encuentro del cielo y la Tierra. Los atributos básicos del chakra del corazón son: la compasión, la capacidad de mantenerse cen¬trado, la vinculación con la Presencia Curativa y nuestra capacidad de amor incondicional.

El quinto chakra está localizado en la base del cuello, en ese hueco suave que se forma en la reunión de las dos clavículas. Este centro energético se asocia con la comunicación, la autoexpresión y la creatividad. El sexto chakra, también llamado "tercer ojo", se localiza justo por encima de las cejas, en el centro de la frente. Los atributos de este centro de energía son la visión interior y el conocimiento interior; se lo asocia generalmente con "saber" o "ver" las verdades superiores.

El séptimo o chakra coronario está, en realidad, entre quince y treinta centímetros por encima de la cabeza, pero para simplificar muchos se refieren a él como si estuviera en la coronilla. Este centro de energía se asocia con el nirvana (otra palabra sánscrita; el sánscrito es el idioma más apropiado para describir los fenómenos espirituales tradiciona¬les): unión con lo transpersonal o la conciencia última.

Estos centros energéticos, juntos, forman un pasaje para la energía, que asciende por los cuerpos físicos y no físicos; reciben el nombre colectivo de sistema del Kundalini. Kundalini (nuevamente una palabra sánscrita) es la fuerza vital que asciende por esos centros de energía, vitalizándolos y abriéndonos a la posibilidad de iluminación.
A esto nos referimos cuando hablamos del sistema de los chakras en el proceso de conexión.
El primer paso, en la canalización, es disponer el ambiente a fin de sentirse cómodo y seguro. Cuida de que nadie te interrumpa; desconecta el teléfono y arregla todo de modo que no se te moleste. Bríndate tiempo suficiente para apreciar la experiencia e integrarla antes de volver a encarar la vida diaria. Te sugeriría que te concedas dos horas.

Comienza por acostarte en un sitio cómodo. Después de haber practicado puedes experimentar la canalización estando sentado, pero para comenzar es mejor que puedas prestar a tu cuerpo la menor atención posible. Usa una manta liviana para cubrirte, pues la temperatura del cuerpo descenderá mientras estés en trance y no conviene que te dis¬traiga ninguna molestia física. Pon los brazos por fuera de la manta, por si necesitas usarlos al canalizar. Luego, con tu compañero o una grabación ya preparada, realiza el proceso de conexión.
He aquí el proceso de conexión. Lo explicaré paso a paso, pero debes leerlo primero hasta el final.
Veamos ahora en detalle cada paso del proceso. Puede parecer extenso, pero no me canso de insistir en que las fuer¬zas con las que trabajamos pueden ser muy poderosas y de¬ben ser tratadas con respeto y atención.

Paso Número Uno: "Respira profundamente un par de veces y deja que tu cuerpo se relaje. Percibe cualquier tensión o aprensión, y utiliza tu respiración para hacerlas ascender por tu cuerpo, liberándolas al exhalar." Si tienes una técnica personal para relajar tu cuerpo y poner la mente en blanco, puedes utilizarla. De lo contrario, usa la respiración. Repara en cualquier grupo de tensiones que tengas en el cuerpo y envía el aire hacia ellos, hasta que la tensión se libere. Puede convenirte visualizar o imaginar, simplemente, el aire circulando por tu cuerpo y relajando sucesiva¬mente cada parte del cuerpo.

Paso Número Dos: "Desde la profundidad de la Tierra haz que ascienda un arco de energía terrestre color de vino. Hazla recorrer la mitad inferior de tu cuerpo." Visualizar no tiene nada mágico. Basta con que lo imagines. Centra toda tu conciencia en la imagen de la energía que asciende a tra¬vés del planeta. Visualiza esa corriente de energía pasando por las plantas de tus pies y arqueándose sobre tus piernas, para penetrar luego en tu cuerpo en la base de la columna o chakra raíz, y volver luego a la tierra. Esto centra tu energía y la conecta con la Tierra, sin importar adónde te lleve tu experiencia. Continúa visualizando el arco de energía hasta que llegues casi a sentirla.

Paso Número Tres: "Haz descender un arco de conciencia de Dios. Visualízala como una hermosa luz dorada y cúrvala por la mitad superior de tu cuerpo, para que te conecte con la conciencia de Dios." Si las palabras "conciencia de Dios" te causan dificultades, puedes utilizar las que te parezcan correctas, dando por sentado que estás conectándote con lo divino, con los niveles transpersonales. El hecho es que estás yendo hacia la Fuente de toda conciencia, aquello que está más allá de los reinos personales del pensamiento humano. Visualiza esta energía que viene de lo alto y pasa rozándote la coronilla. Luego has de ver que ese torrente de energía se curva y describe un arco bajo tu espalda, hasta salir por la base de tu columna vertebral o chafara raíz, como una U mayúscula. Puede ayudarte visualizar la conexión de la energía terrestre y la conciencia de Dios como si produje¬ra una luz anaranjada intensa allí donde se encuentran, en el chafara raíz. Una vez más, visualiza este flujo de energía hasta que puedas sentirlo o percibirlo. Luego continúa con el paso siguiente.

Paso Número Cuatro: "Desde la base de la columna vertebral, envía raíces que se adentren en la Tierra, andándote y cimentándote." Esto es fácil de visualizar. Permite al planeta apoyarte con su energía y anclarte de forma física. Cuan¬do te parezca bien, pasa a lo siguiente.

Paso Número Cinco: "Desde la base de la columna, envía ganchos hacia los cuatro rincones de la habitación, ubicando tu cuerpo en el tiempo y en el espacio." Este paso tranquiliza a la mente y hace que tu cuerpo se sienta seguro. No se perderá, vayas adonde vayas.

Paso Número Seis: "Rodéate de una esfera protectora de luz blanca, sabiendo que sólo la información que represente el bien más elevado para ti y para quienes te rodean podrá pasar por ese escudo protector." "Esto garantiza que la información a la que tengas acceso sea del nivel más elevado posible." Es una declaración a las energías de que sólo estás abierto a lo que pueda ser más útil. Esto es también lo que deja afuera las energías del plano astral. Esto es muy importante. Por favor, visualiza este paso hasta que consideres que está completo, antes de pasar al siguiente.

Paso Número Siete: "Abre luego el chafara coronario, en la parte superior de tu cabeza, y envía ganchos hacia tu propia conciencia expandida, tus maestros interiores y tus guías." Esta es también una visualización que encierra mucho poder. Este paso sirve para reconocer conscientemente tu sociedad con aquellos aspectos de tu propia conciencia que se denominan conciencia expandida o superior y guía interior. Es otra forma de protección que garantiza tu apertura sólo a aquellos aspectos de lo colectivo que sean más útiles.

Paso Número Ocho: "Desde la base de tu columna, el chakra raíz, haz que ascienda una espiral de energía Kundalini, en el sentido contrario a las agujas del reloj, por tu sistema de chakras. Visualízala como una espiral de luz blanca que purifica, equilibra y abre cada chakra al subir por tu cuerpo y salir por tu coronilla, conectándose con la fuente de toda la conciencia." Ahora el proceso de conexión se ha ganado realmente su nombre. Dedica a éste tanto tiempo como necesites. Visualiza cada centro de energía o chakra, viendo interiormente la espiral de luz blanca que asciende por el centro de tu cuerpo. A medida que la energía salga por tu cabeza, ten la sensación de abrirte a la fuente de toda conciencia, de entregarte a eso que está más allá. Tu cuerpo puede vibrar o no cuando te abras a esta energía. Será lo que deba ser en tu caso. No te ajustes a modelos ajenos. Deja que pase lo que corresponda para ti.

Paso Número Nueve: "Llama a tu guía." Suena fácil, ¿verdad? Lo es. También requiere mucha confianza. Si trabajas con un compañero, éste puede percibir el cambio de energía cuando el aspecto canalizado se tome disponible. Tu compañero puede preguntar, simplemente. "¿Cómo quie¬res que se te llame?" Y luego preguntar si no hay inconve¬nientes en formular algunas preguntas a esa energía. Si no trabajas con un compañero, tendrás que sentir cuándo se presenta esa "otra" energía, para entonces mantener la con¬versación entre tu propio aspecto personal y aquel aspecto que está disponible para ser canalizado. Una vez más, te sugiero que al principio es mejor trabajar con un compañero.

Una vez que te abres a la energía, la forma en que se presente esa información puede asumir una variedad de formas. Quizás escuches simplemente las palabras en tu cabeza, como yo, y luego pronuncies las palabras. La información puede llegar en imágenes; en ese caso, te recomiendo que te limites a describirlas. Un amigo mío, que canaliza desde hace más de doce años, ve cada palabra escrita como en un letrero, que aparece en el horizonte de su visión interior, y se limita a leerlas. No esperes oír voces extrañas en tu cabeza: las palabras sonarán como tus pensamientos, no como una versión hollywoodense de la Presencia Divina. El secreto está, simplemente, en confiar en lo que se presente y decirlo.

Prepárate para equivocarte y hasta para hacer el ridículo. Los mejores psíquicos sólo aciertan en un ochenta por ciento de los casos. Debes estar dispuesto a experimentar. Cuanto mayor sea la frecuencia con que canalices, más profunda y fácil se te hará la experiencia. Yo todavía me pongo algo nerviosa cuando la canalización empieza a hablar del hermano de alguna persona, y yo no sé siquiera si ese hermano existe. A veces ha ocurrido que el consultante no tiene ninguno, pero sí una persona que es "como" un hermano.
Cuando hayas terminado con las preguntas preparadas y preguntado si hay algún mensaje adicional, ya listo para dar la sesión por terminada, agradece a la energía. En este trabajo siempre es útil agradecer a la Fuente. Luego libera la energía, simplemente. Por lo general se siente cuándo está lista para "partir". Si no, libera de tu cuerpo esa energía, conscientemente, y permítete regresar a un estado normal de conciencia. Concédete unos minutos para regresar a tu nivel normal de conciencia.

Nunca me he permitido canalizar en un idioma que no domine conscientemente. Sin embargo, creo que ha de ser posible.

LA FUNCION DEL EGO

Me gustaría agregar algo sobre el ego. La función del ego es limitar nuestra experiencia de quiénes somos. Casi todos piensan que nuestro ego agranda nuestro sentido del yo. En realidad, ocurre lo opuesto. El ego quiere hacemos pensar que somos limitados. El ego quiere hacemos pensar que somos sólo nuestro cuerpo, nuestra historia y nuestra psicología. De esa manera, él retiene el mando. Por lo tanto, cuando experimentamos nuestra magnificencia el ego se vuelve loco. Si tienes éxito con tu canalización, sobre todo si canalizas para otra persona informaciones exactas que no tenías modo de saber conscientemente, tu ego armará escándalo. Quizás estés en una perfecta bienaventuranza, experimentando tu vinculación con Todo lo que Existe y la posibilidad de ser conscientemente espíritu manifestado en forma y de pronto tu ego te enviará pensamientos como: "¿De qué te la das? ¿Te crees gran cosa? ¿De dónde sacas que eres tan maravilloso? ¿Eh?" La función del ego es invalidar tu experiencia del Ser. Y lo intentará una y otra vez, hasta que te obligue a invalidar, no sólo la experiencia, sino también tu Ser. Debes estar preparado. Teniendo conciencia de este patrón bastante previsible, puedes aprender a igno¬rar esos pensamientos que quieren quitarte la experiencia.

Es debido al ego que a veces "nos estrellamos", después de una experiencia muy excelsa del Ser, ya provenga de un seminario, una canalización o una experiencia personal de trascendencia. Es probable que el ego se presente para decir: "Espera un minuto, ¿y qué pasa con...?" Entonces quedamos enganchados en nuestra limitada definición de quiénes somos. Tal como dice Richard Bach, en su libro Ilusiones, "Argumenta en favor de tus limitaciones y las tendrás." Sin embargo, somos más que nuestro ego. Somos más que las partes con que el ego se ha identificado. Somos nuestro cuerpo, nuestra historia, nuestra psicología. También somos más. Estamos vinculados con los niveles transpersonales de la conciencia y con la Fuente de todas las realidades. El ego hace un buen trabajo y nos brinda equilibrio, para que no nos perdamos en lo transpersonal. El ego se asegura de que no ignoremos nuestra humanidad. Y es mejor no tomarlo demasiado en serio.
Si tienes éxito, con la canalización tendrás que replantearte, sin duda, algunas de las cosas que crees sobre ti mismo y sobre quien realmente eres. Ese es el don y el desafío. Te deseo la alegría y la transformación que yo he encontrado mediante la experiencia de canalización.

Rhea Powers, es una conocida terapeuta transpersonal norteamericana que vive y trabaja en Alemania.
Se inició como especialista en terapias de regresión a vidas anteriores, desarrollando posteriormente su propio método llamado "Clearing", que consiste en liberar al paciente de entidades o energías astrales.
Ha formado grupos de mujeres en República Dominicana y Hawaii. Tam¬bién ha dictado cursos de entrenamiento en España para resolver conflictos de parejas. Dicta conferencias en Italia y Grecia; ha publicado los libros "Volviendo a Luz" y "Servidores de la Luz".
Rhea Powers ofrece en este libro mensajes canalizados para ampliar la conciencia, y así define el fenómeno de la canalización: "La canalización es tan antigua como la historia humana

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