9 sept 2008

MALTRATO INFANTIL



Después de mucho tiempo en silencio, de tantos gritos de socorro que murieron ahogados en sangre, de resignación y miedo, la violencia de género ha pasado de ser un tabú a ser una “moda”. Quizá no tanto como una moda, pero desde luego sí un tema que no suele faltar en las noticias semanales.

No se ha conseguido que todos los gritos se salven de la muerte (muchas veces, antes si quiera de ser pronunciados), pero aunque no todos sí alguno. Tampoco se ha conseguido eliminar en la mayoría de los casos la resignación y el miedo… pero eso es algo para lo que se necesita mucho más tiempo aún… Lo que sí se ha conseguido, y sobre eso no hay lugar a dudas, es que los medios de comunicación hayan cesado en su silencio.

Sin embargo, mientras la violencia de género inunda nuestras vidas… algo se queda en el tintero. Hay algo de lo que se olvidan, o más bien fingen olvidarse. ¿Qué hay de los niños?

Porque la violencia doméstica, aunque hayan pretendido reducirla al maltrato de un marido a su esposa (sea el tipo de maltrato que sea), es mucho más que eso. Porque muchas veces el maltrato también se le produce a un niño, y aunque nos parezca algo imposible o incoherente, se le produce desde antes mismo de nacer. Porque de hecho hay más casos de maltrato infantil que de maltrato a la mujer… y si las cifras de lo segundo ya nos escandalizan… mejor seguir en la ignorancia con respecto a las otras cifras.

Pero sobre esto parece ser que los medios de comunicación siguen teniendo “voto de silencio”… Total, ¿a quién le interesa? A los padres desde luego no, ya que en la mayoría de los casos son ellos mismos los causantes de esos maltratos, y a casi ningún padre le gusta que le digan lo mal que lo está haciendo…

En la sociedad en la que vivimos, si una persona (sea del sexo que sea, tenga la orientación sexual que tenga, salga el sol por donde salga) quiere adoptar un niño (uno de esos millones de niños sin hogar que mueren cada día de hambre, o por un balazo en alguna guerra sin sentido), se le ponen mil trabas, se le levantan mil muros que ya no sabe si seguir derrumbando o no… papeleo, más papeleo… y por supuesto tests psicológicos.

Pero en esa misma sociedad, si una persona (o una pareja) quiere tener un hijo, tiene todas las facilidades que la ciencia ha podido inventar para hacerlo. Porque claro, es su derecho por naturaleza… Y su deber es AMAR y RESPETAR por encima de todo… pero eso mejor lo omitimos porque total, ¿a quién le interesa?

Y yo me pregunto: ¿dónde están los tests psicológicos para todas estas personas que traen niños al mundo?

Es la misma sociedad que se concede el lujo de darles pautas a los padres sobre cómo educar a sus hijos, pero no se molesta en educar a los padres. La misma que habla de construir y siembra destrucción.

No, el maltrato infantil no interesa, no es rentable, porque entonces habría que empezar por remover los cimientos del mundo en el que vivimos, y quizá empezarían a caerse edificios enteros. Porque habría que empezar por hablar de la RESPONSABILIDAD, y eso no resulta grato para los egos que caminan por este mundo creyéndose responsables, coherentes, perfectos padres, perfectos hermanos y hermanas, tíos y tías, abuelos y abuelas, maridos y mujeres, hijos e hijas… y perfectos habitantes del planeta en general.

Porque hablar de responsabilidad supondría aceptar en primer lugar que se está equivocado… y tener la humildad y la voluntad suficientes para aceptar esa equivocación y aprender de ella.

¿Pero, a quién le interesan la humildad y la voluntad?

Almudena Riesgo


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* MALTRATO INFANTIL *

Introducción
*Maltrato: acción u omisión no accidental, que impide o pone en peligro la seguridad de los menores de 18 años y la satisfacción de sus necesidades físicas y psicológicas varias.

Las formas más comunes de maltrato infantil (las que afectan a mayor proporción de niños), ocurren en el interior de la familia, el cual es un fenómeno completamente contrario a las conductas que deberían desarrollarse en la misma. Los mecanismos son contrarios de lo que supuestamente conviene a la especie (cuidado y protección de las crías) y de lo que la sociedad espera de los padres.

Hay una gran diversidad de formas de maltrato:

- Abandono o negligencia: necesidades físicas básicas no atendidas.

- Maltrato emocional: necesidades psicológicas básicas no atendidas, principalmente las que tienen que ver con relaciones interpersonales y autoestima.

- Maltrato físico: acción no accidental que provoca daño físico o enfermedad.

- Abuso sexual.

- Maltrato prenatal: situaciones y características de la mujer embarazada, que siendo evitables perjudican el desarrollo del feto.

- Mendicidad: uso habitual o esporádico del niño para mendigar.

- Corrupción: se promueven en el niño pautas de conducta antisocial o desviada. En general agresividad, apropiación indebida, sexualidad y tráfico o consumo de drogas.

- Explotación laboral: para obtención de beneficio económico, realización de trabajos que interfieren claramente en actividades y necesidades escolares.

- Síndrome de Münchausen por poderes: se le provocan síntomas físicos patológicos que requieren hospitalización o tratamiento médico reiterado.

- Maltrato institucional: centros u organizaciones que no respetan los derechos básicos de la protección, cuidado y estimulación del desarrollo.



El maltrato infantil, salvo contadas excepciones, ocurre en privado y trata de ocultarse. Debido a esto es un fenómeno difícil de cuantificar y no hay cifras fiables. Un ejemplo: en el caso del abuso sexual existe una cuantía de un 2 a un 4%. Sin embargo en estudios a adultos se ha llegado hasta un 19%.

El maltrato infantil, salvo contadas excepciones, ocurre en privado y trata de ocultarse. Debido a esto es un fenómeno difícil de cuantificar y no hay cifras fiables. Un ejemplo: en el caso del abuso sexual existe una cuantía de un 2 a un 4%. Sin embargo en estudios a adultos se ha llegado hasta un 19%.

Hay estudios que nos hablan de una media entre 30 - 50% de niños maltratados que sufren más de un tipo de maltrato. Los padres suelen ser con más frecuencia quienes lo ocasionan, y en la misma familia es frecuente que afecte a más de uno de los hijos. Las proporciones son similares entre niños y niñas, salvo que el abuso sexual se da más en niñas y la corrupción más en niños. El maltrato no obstante suele disminuir a partir de la pubertad (seguramente porque son capaces de defenderse de los agresores).

El conocimiento de la causa de los malos tratos es limitado. Como denominador común encontramos el uso de poder o fuerza para maltratar a un menor. Explicaciones del maltrato:

1. Funcionamiento psicológico de los padres maltratantes: modelo clínico - psiquiátrico. El maltrato se produce como consecuencia de los trastornos psicopatológicos y de la presencia de enfermedades mentales en los padres. Tales trastornos bloquearían, distorsionarían o incluso impedirían a los padres el desempeño adecuado de sus funciones.

2. Influencia de los factores de orden social y económico: modelo sociológico. El maltrato se produce como consecuencia de las adversas condiciones de vida de la familia.

3. Características individuales del niño maltratado: modelo de la vulnerabilidad infantil. Existen características infantiles que aumentan el riesgo de maltrato. Ejemplos de mayor incidencia: niños prematuros, de bajo peso al nacer, complicaciones en el periodo peri natal. Temperamento difícil, minusvalía (física, psíquica o sensorial), dificultades del aprendizaje, retraso del lenguaje o escasa habilidad social.

Como es lógico, ninguno de estos modelos explica la complejidad del maltrato, el cuál es un fenómeno multicausado por factores que operan e interactúan, desde dentro y fuera del sistema familiar, y dándose un intercambio dinámico entre las condiciones individuales y sociales, las características y circunstancias previas de los padres, y las características del niño y su capacidad de adaptación.

En el caso de repetir patrón / ciclo de la coerción, se tienen en cuenta los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales, mientras que los factores ambientales y sociológicos se contemplan principalmente como inductores del estrés.

El modelo propuesto por Belsky en 1980 habla de cuatro sistemas de influencias que contribuyen de manera conjunta y solidaria a la aparición de las conductas abusivas de los padres:

1. Nivel ontogenético: lo que individualmente aportan los padres a la relación familiar.

2. Nivel microsistema: el entorno de crianza más cercano al niño.

3. Nivel ecosistema: condiciones de vida de los miembros de la familia fuera del microsistema familiar, pero con incidencia en él.

4. Nivel macrosistema (más extenso y menos tangible): creencias sociales y valores culturales prevalentes en la sociedad en la que está inmersa la familia.

Ajuste y relación mutua entre los diferentes niveles.

El modelo propuesto por Cicchetti y Rizley en 1981, es un modelo que resulta complementario y habla del equilibrio entre los factores de riesgo y los factores de protección (riesgo incrementa maltrato, protección impide que exista). Así la conducta parental estaría determinada por el equilibrio relativo entre ambos tipos de factores. El maltrato se daría cuando los factores de riesgo superen o anulen cualquier influencia protectora.


Transmisión intergeneracional del maltrato infantil
Los datos empíricos no apoyan totalmente la hipótesis de que los niños maltratados se conviertan en padres maltratantes. La mayoría de las investigaciones sin embargo, se centran en padres maltratantes.

Transmisión de los patrones conductuales abusivos:

1. Teoría del apego: durante el primer año se establece un estrecho vínculo emocional entre el niño y el cuidador como consecuencia de la interacción entre ellos. Si la relación se basa en incoherencia, frialdad y no disponibilidad o rechazo, el vínculo se hace inseguro, y se forma un modelo representacional que incluye información sobre su propio “yo” y sus relaciones con los otros, y que le servirá para interpretar las acciones de los demás y dirigir su conducta.

Los niños maltratados físicamente por su cuidador esperan que los demás sean hostiles y les rechacen. Los que han sufrido negligencia esperan que les desatiendan. Esto les condiciona, y se mostrarán agresivos e impulsivos o fríos e introvertidos.

En muchos casos este ciclo se rompe, principalmente cuando los sujetos maltratados son capaces de establecer un estrecho vínculo de apego con otra persona, mediante la pareja, o la psicoterapia.

2. Teoría del aprendizaje social: aprendizaje observacional, imitación y reforzamiento. Pobre competencia social mostrada por los padres maltratantes, transmitida creando un estilo de relación interpersonal deficitario que frecuentemente ha sido observado en los niños maltratados. Falta de capacidad empática para reconocer los estados emocionales de los demás.

3. Carácter biológico o social: Buchnan (1996) habla de cuatro ciclos de maltrato:

- Psicológico (biológico y genético)

- Biológico

- Socioeconómico

- Cultural

Ninguno de estos ciclos resulta inevitable, todos pueden romperse, bien con la adopción de medidas sociopolíticas dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los sectores poblacionales más desfavorecidos, o promocionando ideas y valores alternativos a aquellos que justifican las prácticas abusivas y proporcionando habilidades que permitan a los padres ejercer de forma más saludable su rol de padres y establecer unas mejores relaciones con sus hijos.


Las consecuencias del maltrato infantil
Se introduce una distorsión en las relaciones emocionales básicas, en los cimientos de la construcción de la personalidad y las relaciones.

Consecuencias físicas:

- Abandono: enfermedades asociadas y carencias nutricionales, falta de higiene, penuria en la atención sanitaria, retrasos en el crecimiento.

- Maltrato físico: lesiones, desde hematomas, rasguños o quemaduras superficiales y problemas neurológicos, hasta la muerte, pasando por fracturas y heridas graves.

- Abuso sexual: molestias genitales, infecciones urinarias, enfermedades de transmisión sexual, problemas ginecológicos, embarazos no deseados.

Consecuencias psicológicas: dificultades para la resolución de las distintas tareas evolutivas que son precisas para un desarrollo psicológico saludable. Las consecuencias dependen del momento evolutivo y afectan principalmente a dos áreas:

- Nivel socio-emocional: entorpecimiento de las relaciones de apego. Apego inseguro, generalmente del tipo desorganizado/desorientado, que se caracteriza por la actitud contradictoria de aproximación y de evitación respecto al cuidador. A partir de esta relación el niño construirá un modelo mental de relaciones interpersonales marcado por el miedo y la desconfianza hacia los demás y por la desvalorización propia, que dificultará el establecimiento de unas relaciones interpersonales sanas y equilibradas. Las emociones negativas que el niño desarrollará con respecto a sí mismo pesarán como una losa sobre su desarrollo posterior y llevarán frecuentemente a la aparición de síntomas depresivos.

El abuso en los primeros años afecta a la expresión y comprensión de las emociones. Manifiestan sus emociones de forma errática y con un exceso de expresiones negativas. Igualmente menor capacidad para el reconocimiento de las expresiones emocionales. Falta de empatía.

Retraimiento social y conductas de evitación. En los maltratados físicamente, mayor tendencia de conductas agresivas.

En cuanto al abuso sexual: ansiedad, pesadillas, sentimientos de culpa, baja autoestima, síntomas depresivos y trastornos de la identidad sexual, así como la expresión de conductas sexuales que pueden considerarse inapropiadas para la edad de los niños.

- Funcionamiento cognitivo y rendimiento escolar: repercusiones negativas. Entre los maltratados físicamente son frecuentes problemas de conducta, absentismo, desobediencia e indisciplina, hiperactividad y falta de atención. Peor rendimiento académico.

Capacidad intelectual más limitada, pobre desarrollo del conocimiento social y también menor desarrollo lingüístico, con presencia de un lenguaje que pone de manifiesto la pobreza de las interacciones verbales padre-hijo.

Los que han sufrido negligencia parecen verse más afectados, ya que han sufrido largos periodos de tiempo la falta de estimulación. También en los sometidos a explotación laboral y corrupción.

En los maltratados físicamente mayor incidencia de indisciplina y problemas de conducta. Probable influencia de las alteraciones neuropsicológicas, que pueden llevar a déficits en el procesamiento cognitivo.

En los abusos sexuales, rendimiento más bajo y presentan diversos problemas de aprendizaje.

La mayoría de las consecuencias descritas pueden considerarse efectos a corto plazo. Pero muchas de las secuelas van más allá de la infancia, en la adolescencia y la adultez.

Por ejemplo, en el caso del maltrato físico y abuso sexual: comportamiento agresivo adolescente e implicación en actos delictivos. Prolongación de los patrones conductuales agresivos y antisociales surgidos en la infancia. Consumo de drogas y alcohol más elevado. Fugas de casa, intentos de suicidio, conductas auto lesivas. Autoestima baja, tendencia a auto culparse; problemas emocionales que se convierten en el núcleo alrededor del que giran los síntomas depresivos, psicosomáticos y de ansiedad. Problemas en el funcionamiento sexual: insatisfacción, culpabilidad y ansiedad, evitación o comportamientos promiscuos.



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* INTERVENCIÓN DEL MALTRATO INFANTIL *

Prevención
Intervenir en primera instancia concienciando a la sociedad, para eliminar las concepciones e ideas que en ella puedan existir respecto a la legitimidad del uso de la violencia en general y de su empleo con los niños y niñas en particular. Emprender y mantener iniciativas legislativas y campañas de difusión, también para potenciar un mayor conocimiento sobre las necesidades de la infancia y de los riesgos, y para elevar el grado de sensibilidad hacia cuestiones como el abuso a menores.

Intervenir para la democratización de la vida familiar, con programas y campañas tendentes a favorecer la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y que difundan el valor de estilos educativos alternativos al tradicional.

Intervenir para fortalecer y favorecer el tejido social que rodea a las familias en riesgo y reducir sus posibilidades de exclusión social. Programas de desarrollo comunitario e intervenciones centradas no sólo en la familia nuclear, si no también en la familia extensa, en le barrio o zona, etc.

Mejora de las habilidades para hacer frente a problemas y tensiones. Incluyendo facilitar la transición a la paternidad y de educación de padres, o apoyo a grupos específicos como padres primerizos y/o adolescentes.

Proporcionar a niños y adolescentes los conocimientos y destrezas para distinguir situaciones de maltrato o abuso y hacer frente a ellas. Prevención de abusos sexuales.

Incrementar los niveles de detección temprana por parte de profesionales en contacto con la infancia


Pautas generales
Mecanismos y servicios de protección a la infancia cuando aparece el abuso. Preservar y proteger al niño; intentar evitar la separación del niño del núcleo familiar. Mejorar las relaciones entre los miembros de la familia, su contacto con el contexto circundante y minimizar los elementos de tipo laboral, económico o personal que generan dicho estrés.

Ajustadas a las características particulares del menor y la familia. Fases:

- Fase de detección y notificación: contacto con los servicios sociales, policía o servicios de protección. La confirmación de una existencia de maltrato está encomendada a los servicios de protección especializados.

- Fase de investigación: verificación de que realmente hay maltrato. Valoración de la gravedad del abuso actualmente existente y del riesgo para el menor.

Fase de la evaluación: analizar qué puede haber provocado la aparición o mantenimiento del maltrato. Determinación de las intervenciones. Se debe tener en cuenta el tipo de situación del maltrato, roles y percepciones de los padres y demás miembros de la familia, motivación hacia el cambio, estilos habituales de interacción, historiales personal y familiar, necesidades económicas, emocionales o sociales.


Técnicas y programas de intervención
- Enseñanza de habilidades parentales: formar a los padres para hacer frente a las exigencias que plantea la crianza de los hijos. Entre los programas más habituales destacan los centrados en favorecer el autocontrol, técnicas de disciplina alternativas al castigo físico, cuidados físicos infantiles, habilidades de comunicación e interacción, formación en nociones básicas acerca del ritmo y calendario evolutivo infantil. Enseñanza práctica; sólo resultan de utilidad cuando se reducen los demás elementos de tensión de la familia y cuando además se mantienen luego programas de seguimiento.

- Programas con visitadores domiciliarios y de ayuda familiar: a largo plazo, en el hogar y atención individualizada a los padres. Establecer relaciones positivas para hacer modelos, asesorarles y ayudarles a resolver los problemas de la familia. Reducir el aislamiento social familiar, mejorar autoestima de los padres y sus habilidades parentales, conseguir que aprendan a confiar en otras personas y adquieran habilidades sociales, capacitándose para detectar y resolver los problemas cotidianos.

- Psicoterapia individual: uno o ambos padres. Favorecer en el sujeto el control de sus propios impulsos, adquirir habilidades adecuadas de interacción con los demás miembros, desarrollar pautas y expectativas más realistas respecto de sus hijos y/o cónyuge y mejorar el funcionamiento en sus diferentes roles personales y relaciones interpersonales.

- Terapia familiar: sobre el núcleo familiar completo, ya que la disfunción puede provenir de la estructura de la familia, de las pautas de comunicación y/o la capacidad de la familia para adaptarse a los cambios y a las diferentes fases de su ciclo vital.

- Apoyo/tratamiento grupal: grupos organizados con una tarea común.

- Otros servicios de apoyo (alojamiento en situaciones de crisis, ayudas económicas, etc.)



Pero finalmente todo se reduce a lo mismo:

INTERVENIR CONCIENCIANDO A LA SOCIEDAD EN GENERAL



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* Fuente de información: “Malos tratos a los niños en la familia” (Jesús Palacios, Jesús Jiménez, Alfredo Oliva y David Saldaña)

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