11 jul 2008

PHARMACOPHILIA E IDIOSINCRASIA 3

El siguiente acontecimiento más importante, que a su vez es el más famoso, fue la síntesis en 1938 por Albert Hofmann (derecha) de la LSD y el posterior descubrimiento en el 43 de sus extraordinarios efectos psicotrópicos que creo no son muy ajenos a este público. Entonces ya teníamos no solamente una ciencia de la Farmacia Celestial, sino que ya se estaba adelantando a la madre naturaleza y creando compuestos hasta ahora artificiales como la LSD que tenía con gran diferencia una mejora de potencia de sus homólogos naturales como la mezcalina. La LSD tiene miles de veces la actividad de las mezcalinas, de 4 ó 5 mil veces.

Si extendemos las reflexiones que acabo de hacer, sobre la naturaleza bien artificial o natural de la embriaguez, a las sustancias visionarias, a los enteógenos como lo llamamos ahora, también podemos concluir algo interesante. Doce años después del descubrimiento de Hofmann, del efecto psicotrópico del LSD en el 43, Gordon Wasson, un banquero neoyorquino, en sus vacaciones en Méjico en 1955 conoció a la entonces famosa chamana María Sabina y, según sabemos, él y su fotógrafo se convirtieron en los primeros forasteros, los primeros blancos extraños en ser iniciados en el sagrado misterio arcaico del hongo psicotrópico, el hongo sagrado mejicano que muchos conocen bajo el nombre Teonanacatl, que es el hongo maravilloso en Nagual, aunque los mazatecas no lo llaman así. Wasson estaba equipado para entretejer, digamos, diversos hilos de esta nueva ciencia de la farmacia celestial en un tipo de tejido, bastante intrincado, bastante novedoso e innovador. Wasson fue a Méjico no como antropólogo, no tratando de hacer un descubrimiento científico, sino como él mismo y su mujer y colaboradora Valentina Wasson dijeron, como peregrinos en busca del Santo Grial. Y no quería estudiar a los indios sino hacerse amigo de ellos con la esperanza de que le fuesen a compartir, le fuesen a iniciar en lo que para él era un sagrado misterio y la llave, la clave de la religión arcaica.
Esta noche, que fue la del 29 de Julio de 1955, cuando Wasson por primera vez experimentó el efecto de la psilocybe caerulescens, en una buena dosis, de repente para él todo se vino como una imagen muy fija y muy precisa de lo que era la clave a la religión arcaica, y él vio el rito chamánico de María Sabina por primera vez como un ejemplo vivo de lo que era la religión arcaica, y lo ha divulgado en varios libros y no voy a dar mas tiempo a esto.

Entonces se puede decir que en la materia de religión, volviendo al tema de natural y artificial, que cuál es natural y cuál artificial en la religión, y voy a tergiversar un poco el sentido común otra vez en este campo, yo diría que la religión natural es la enteogénica, la que se basa en fármacos, y la artificial es la que se basa en artificio, en el raciocinio humano, en el raciocinio abstracto, en teología, en filosofía. La religión natural es lo que se alcanza como los demás animales, ingiriendo enteógenos del entorno, y lo demás es una creación artificial del ser humano. Entonces lo que tomamos como religión normal tal cual, a mi juicio, es sumamente artificial. Lo natural es lo que se alcanza mediante fármacos.
Ahora bien, cabe mencionar otro libro importante de este siglo, que salió en 1976, justo antes del trabajo de Wasson, pero Wasson ya estaba bien encaminado hacia su descubrimiento con María Sabina. El historiador de religiones francés Philipe de Felis publicó en 1936 un importante libro que se llama Poison Sacre et Pres Divine o Los Venenos Sagrados y las Ebriedades Divinas e hizo un tipo de catálogo o recopilación muy interesante con casi doscientas citas de la historia de embriagantes en la religión pero en el marco, sumamente equivocado a mi juicio, de lo que yo llamo la psicopatología de profecía y la toxicomanía de teísmo, revisando esto como un ejemplo de psicopatología. Esta efectivamente era la actitud también de Jonhnston, de Cook y de Von Bibra ( en la imagen) hacia este acontecimiento, como diciendo, ¡ah! pues ya ahora podemos....y saben que Freud también avanzaba teorías de esta índole hacia la mitología de la religión, o sea caracterizándolo no como lo sagrado, lo más central a la cultura, sino como una cosa patológica. Y esto es muy extraño y muy difícil a mi juicio de defender. Entonces, teníamos esta idea de la psicopatología de profecía, de la toxicomanía del teísmo, y de repente viene Wasson y dice que no, que esto es el verdadero renacimiento de la cultura misma, de nuestra religión, que todo lo que tomamos como sagrado nace de este pozo del (mir), como se llama en la mitología nórdica, del cual sale una iluminación (...) es una buena imagen de esto, el pozo del (mir).

DROGA Y ALIMENTO
Entonces, así está, lo que solíamos tomar como artificial o natural es un poco (...) los hechos revelan que las cosas son un poco diferentes. Quizá algunos argumenten sobre lo que estoy diciendo, bueno, pero eso está muy bien, pero es puro sofismo, porque efectivamente lo que es más natural es la religión basada en rezar, meditar, en leer libros sagrados y todo eso, y se pueden alcanzar paraísos, sean naturales o artificiales, a través de uno mismo sin ingerir ninguna sustancia ajena al cuerpo. Y en el caso de lo que yo estoy llamando religión natural, basada en ingerir un fármaco, una planta, efectivamente es un argumento sofista, porque no podemos no ingerir en nuestra vida, somos ecosistemas abiertos, y estamos ingiriendo constantemente. Ya sean gases o a través de nuestras pieles y pulmones, estamos intercambiando fluidos con el ecosistema. Los mismos átomos de nuestros tejidos y nuestros huesos están como entretejiéndose y entrando y saliendo de nuestro cuerpo constantemente, en un permanente intercambio de materia con el ecosistema. Y si el contemplar una obra de arte, por ejemplo una estructura como un cuadro, lleva a uno a un tipo de paraíso estético, digamos, esto no viene a ser diferente de la ingesta de una sustancia. Los ojos mismos están ingiriendo en el mismo sentido que el cerebro está recibiendo impactos de alcaloides o lo que sea en sus receptores. El ojo del individuo está recibiendo impactos de fotones que están desencadenando una secuencia de reacciones neuroquímicas en el nervio óptico que en nada se diferencian de la naturaleza del impacto de la morfina sobre un receptor en el cerebro o del THC sobre otro. Y lo mismo, si uno llega a un paraíso estético mediante un arte auditivo, sea escuchando música o poesía, las ondas de presión y compresión del aire sobre el oído desencadenan una secuencia de acciones neuroquímicas que en nada se diferencian del impacto de estas sustancias sobre receptores. De ahí no se puede hacer una distinción.

No hay comentarios.: