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11 jul 2008
PHARMACOPHILIA E IDIOSINCRASIA
PHARMACOFILIA E IDIOSINCRASIA
Jonathan Ott
Ponencia de Jonathan Ott en las III Jornadas sobre enteógenos celebradas en Barcelona el 21-23 de marzo de 1998, impartida directamente en castellano.
Buenos días, o buenas tardes, bienvenidos. Como siempre me siento muy a gusto aquí en Cataluña y siempre da gusto regresar para hablar con vosotros. Como muy amablemente les contó el Dr. Fericgla voy a hablar de este nuevo libro que se llama "Pharmacofilia o los Paraísos Naturales". Y yo voy con neologismos de nuevo, y con farmacofilia pretendo reemplazar la palabra "abuso de droga" o "toxicomanía" y varias designaciones para esto. Yo pienso que sencillamente es farmacofilia, del amor a los fármacos, y como vamos a ver, a mi parecer no es una cosa patológica sino sumamente natural y ordinaria, por no decir normal, en el ser humano y en muchos otros animales. Les voy a explicar brevemente mi teoría de farmacofilia, que es un tipo de teoría novedosa de la ebriedad psíquica y la habituación hacia los fármacos. Yo uso la palabra habituación en vez de adicción, puesto que la palabra adicción ahora lleva una carga política muy importante y es sumamente peyorativa, y como yo, enfatizo, no considero esto como nada extraordinario en los animales ni en el ser humano, entonces se tiene que cuidar mucho la terminología que manejamos al respecto.
También, como mencionó el Dr. Fericgla, estamos en el proceso de formar una nueva editorial aquí en España. Aun no tenemos nombre fijo pero vamos a empezar lanzando "Pharmacofilia o los Paraísos Naturales" en castellano. Luego va a salir el nuevo libro de Antonio Escohotado, y esperamos empezar ya en el mercado español a finales de este año.
PARAISOS ARTIFICIALES Y NATURALES
Bueno, primero quiero decir algunas palabras sobre los paraísos artificiales y los naturales. El subtítulo de mi libro no es casual, puesto que como todos han de saber en el año 1860 el famoso poeta y ensayista francés Charles Baudelaire publicó Paraísos Artificiales, hablando específicamente de la ebriedad opiácea y también cannábica, hachís y opio. Láudano y preparados por vía oral de hachís que solían tomar en Francia a mediados del siglo pasado. Baudelaire caracterizó esto como paraísos artificiales, constituyéndose esta concepción como punto de partida y como fuente de información para la subsiguiente filosofía y jurisprudencia occidental en materia de ebriedad.
Parece que leyendo bien el texto de Baudelaire uno se da cuenta de que él no argumenta que la ebriedad consiste en un paraíso artificial. Dice repetidamente, subraya, destaca la naturaleza de la ebriedad. Pero dicen que escogió este título porque le pareció bonito, lo había visto en el letrero de una tienda que vendía flores de vidrio, flores artificiales. Y le pareció muy bien el título, y es un buen título, pero desafortunadamente su ensayo va por el otro lado, y va divulgando cada vez más evidencias de la naturaleza, de la calidad natural de la ebriedad y no su artificialidad. Desde luego este libro ha sido traducido más de una vez al castellano, también al inglés y varios idiomas, y sigue siendo el libro más conocido de la obra de Baudelaire.
Entonces, ¿qué entendemos con esto de la ebriedad artificial y natural? o sea, ¿son paraísos artificiales o naturales? Bueno, les podría citar algunos extractos de Baudelaire pero mejor leerlo en el original. Tanto en el caso de los opiáceos como en el cannabis, acaba diciendo que esto únicamente revela lo que hay dentro de uno mismo, o sea, es una cosa natural. En una ocasión lo califica como un espejo distorsionador, pero solamente un espejo, que únicamente revela lo que ya existe. Yo empecé a ver esto desde el punto de vista de la ciencia moderna y les puedo citar dos líneas argumentativas que indican que los paraísos de la ebriedad son sumamente naturales.
Primero la (sofarmacognosia), bueno, ¿qué es esto?, es el uso de fármacos por animales no humanos, y cada vez tenemos más datos sobre este interesante tema. Y yo, teniendo más o menos la orientación etnofarmacognósica o etnobotánica hacia estas sustancias, les puedo decir que es bastante común en el mundo tradicional ver que el ser humano descubrió el efecto de tal o tal fármaco por la observación de otros animales ingiriendo plantas. Y como ejemplo les puedo citar el uso de la hoja de coca. En los Andes se atribuye a las llamas comer hojas de arbustos que les estimulan. Hay ejemplos menos remotos en la historia. El café en Arabia, que se atribuye a cabras y pastores. Estos pastores listos, al observar que las cabras se animaban al tomar frutos del café en un caso y hojas de cad en otro, pues obviamente, hicieron ensayos ellos mismos. Con los enteógenos también cabe mencionar que en Siberia es bien conocido que los renos aman la Amanita muscaria, les apasiona, de hecho, esta planta, u hongo, y también hay caribús, que son animales silvestres, que también lo toman. Otro ejemplo que les puedo citar es sigoga en Africa. Jabalíes, babuinos y otros animales en el entorno natural ingieren la raíz de este arbusto.
Entonces, esto es muy común y tenemos cada vez más datos en el mundo moderno. Solamente les puedo citar un libro que glosa sobre estos temas que es de Brian Seagull, es un estudio del uso por parte de animales no humanos de diferentes embriagantes tanto en cautiverio como en estado natural. Entonces, de esto yo concluyo que la embriaguez es una parte de nuestro entorno natural. Yo considero que como animales no somos muy diferentes de otros animales.
El otro argumento que voy a mencionar es la neuroquímica de la embriaguez de los dos ejemplos que trata Baudelaire, es decir cannabis y opiáceos, como supuestos ejemplos de paraísos artificiales. En 1976, mediados de los 70, en un plazo de tres o cuatro años, se divulgó rápidamente el hecho de que los cerebros de mamíferos y del ser humano tenían receptores fijos y específicos para opiáceos, a los cuales se podía enlazar la morfina del opio, y que poco después se identificó como una serie. Ahora se conocen seis compuestos que son endopiáceos u opiáceos endógenos que nuestro cerebro produce y que se puede decir que son las sustancias naturales que se ligan a este receptor del cerebro que se llama receptor opiáceo de varias subclases.
La morfina es la molécula embriagante principal, y también analgésica, del opio, el papa del somnífero, y se enlaza a lo que se llama el receptor opiáceo miu, con la palabra griega miu. Luego, algo que no es muy conocido fuera de los círculos esotéricos, se descubrió que la morfina misma es producto animal, existe en nuestros cerebros como producto natural. Al principio se pensó que quizás fue secuestrado de fuentes vegetales y almacenado en el cerebro porque ahora sabemos que ocurre en pequeñas cantidades de otras plantas aparte del papa del somnífero o amapola adormidera. Pero ahora se ha demostrado contundentemente que tenemos los mismos sistemas de enzimas para la biosíntesis de morfina, también codeína y otros derivados bioquímicamente relacionados que tiene la amapola. Y procede de biosíntesis de los animales por el mismo camino que la amapola. Entonces la morfina misma es un endopiáceo, es una sustancia natural en nuestros cerebros que se enlaza a estos receptores opiáceos en el cerebro.
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