31 mar 2008

DROGADICCION

DROGADICCION DR
Diálogo entre VIVIANA SACO y ALFREDO MOFFATT GADICCIÓN
17/08/97

Alfredo : Viviana Saco qué es un drogadicto?
Viviana : No sé…
A : Tenemos la primera respuesta, que indica que es algo realmente indescifrable
V : La personalidad del adicto, vamos a empezar por ahí, ver qué es el concepto general de una personalidad adicta, que es una personalidad de mucha dependencia a algo.
A : Arma su vida en relación tal vez a los problemas y dificultades que le trae la droga. Como el síntoma, el síntoma para qué sirve a la gente? Para tener algo por qué vivir, que puede ser el cuidado, el rechazo.
V : Al parecer la droga les resuelve algo, o al menos es un intento fallido de resolver algo. Por un lado pareciera ser como el heredero de alguna dependencia anterior a la cuál no pudo renunciar ni elaborarla, las cosas cambiaron y él no lo pudo aceptarlo y él como heredero cae en la droga, como sustituto de algo. Algo que se perpetúa a través de esa relación con la droga, no es que se inaugura una nueva relación. Sin embargo no hay conciencia de esto, no hay una aceptación sino una negación.
A : Me pasaría a mí si yo no pudiera volver otra vez a consumir...
V : Perpetúa algo que ya estaba. Por otro lado tiene algo de objeto contrafóbico, porque me permite como acceder a la vida, lo que el cree la vida con los demás, aparentemente accede a tener relaciones sexuales, a comunicarse con los demás, a tener un grupo de pertenencia, a la exogamia. Le permite ilusoriamente algo que llamaríamos la exogamia, todo un intento de separarse de los viejos, de su infancia, donde seguramente hubo mucha frustración
A : Como si fuera un dios, un fetiche
V : Claro, un marco contrafóbico que le permite hacer la exogamia. Tiene un aspecto muy destructivo también, de autodestrucción muy fuerte, porque no inaugura nada en la vida del ser humano, es todo lo mismo que ya estaba, solo hay una ilusión de que es algo nuevo. Sostiene la omnipotencia.
A : Qué quiere decir eso?
V : Que se vincula de la misma manera que se vinculaba antes, tiene el mismo tipo de relaciones, frustraciones, tiene las mismas relaciones que tenía en la infancia, en su vida anterior, solo que tiene nuevos actores, tiene alguna ilusión de protagonismo, de diferencia pero en realidad perpetúa algo que ya estaba.
Socialmente les da una identidad, cosa que hoy vemos que es importante para el adolescente, dentro de las pocas cabidas que tiene con respecto al trabajo, al estudio, le da una cabida, una identidad.
A : Por ej. uno es ladrón y el otro es drogadicto.
V : Es marginal, un rebelde, un trasgresor, un canchero, un piola, no tiene miedo. Es como una especie de héroe que está dispuesto a llegar hasta morir. Como un héroe, es un personaje.
A : Lo que pasa es que si le sacan eso está muerto.
V : Totalmente. Tienen muchísimos miedos, muchísimos prejuicios, una mirada bastante pobre, unos modelos muy pobres de muchísima dependencia, no se bancan los sentimientos, esos sentimientos no los pueden traducir, automáticamente el sentimiento es transformado en bronca y destrucción. Cualquier frustración, cualquier situación que no encaja con algo de satisfacción, del mundo rosa, de la completitud, del todo bien, se pudrió todo. Tienen dificultades para ponerse en el lugar del otro, un narcisismo muy grande, una omnipotencia enorme, propia de lo que es un joven, pero con un elemento de autodestrucción del ser.
A: Fijate vos que generalmente son jóvenes, no hay drogadicción geriátrica, aunque podemos decir que los drogan igual. Mirá vos, a los viejos que no quieren drogarse, que no son drogadictos, los drogan. Mirá qué curioso ésto, que de golpe se me ocurrió. Justamente nada más lejos que un viejo de un drogadicto, sin embargo cuando entran al geriátrico los conectan a lo que nunca eligieron que es drogarse. Los drogan para que no jodan y los otros se drogan para joder.
V : Tiene además esta connotación del código, un código que los diferencia de los caretas.
A : Pueden despreciar a los caretas. Son como los nazis con los judíos

V : Si los gastan mucho, son bastante sobradores. Tienen un código que los nuclear, les da como una existencia, una identidad. Les da como un segmento del poder realmente importante. Vos sacás la droga y aparece una persona de lo más indefensa. Con miedos, prejuicios, dificultades, de limitaciones, y mucho el tema del vació, como si hubieran hecho un vaciamiento de los hechos y eso es insoportable de sentir. Es insoportable la idea de sentir el dolor, es como si fuera una sensación de enfermedad. Es algo que denota un peligro un sentimiento, una emoción, es algo que no pueden controlar, es una enfermedad. Logran un vaciamiento de ese sentir, y después hablan del vacío. Porque logran vaciarse en defensa de no sentir, es totalmente intolerable sentir. Obviamente parece que cuando sintieron no tuvieron la contención, algo les pasó, en el sentir había que no sentir más.
A : Y cómo son los padres de los drogadictos en general?
V : El padre en el adicto es una figura fuerte por la ausencia, algo así, idealizada por la ausencia. Y la madre se los ha comido de alguna manera, o de sobre protección o de abandono.
A : Fijate que son las 2 posibilidades para un esquizofrénico, o la madre autista o la madre simbiótica, la madre que lo ahoga o la madre que lo ignora. Deben ser medio parientes.
V : Generalmente en los padres algún tipo de adicciones hay, el padre alcohólico, o de pastas y alcohol, promiscuidades…
A : Cómo se los puede curar, se los puede sacar de ahí?
V : De hecho es bastante poca la gente que se rehabilita.
A : Es algo parecido a los esquizofrénicos, y también con los psicópatas, son como 3 personalidades que no hay núcleo del YO, como que no hay un carozo del YO al cual se refieren las experiencias y que actúa como un factor de continuidad, como un invariante que permite coser lo que va pasando en la vida.
V : Yo creo que el drogadicto ahora es toda una identidad, es un conflicto social, por toda esta época donde hay droga, una cosa masiva. En nuestra época tenían una cantidad de conflictos existenciales que hubieran derivado posiblemente en otros cuadros. Situaciones de abandono, exclusión...
A : La disponibilidad de la droga hace que tenga esa salida.
V : Claro porque creo que en otras épocas, conflictos de abandono, sentimientos de no ser querido, rechazado, quedar excluído en la familia, ser abandonado, vivir con padres que se pelean, sádicos, etc., devienen en cuadros diferentes, no necesariamente en la adicción de drogas. Hay una facilitación social y el conflicto familiar actuales diferente al de otras épocas.
A : La sensación que da un esquizofrénico, un psicótico, es que es medio irresoluble, porque habría que hacerlo nacer de nuevo y construirle en la más tierna infancia las primeras matrices de discriminación y continuidad, como que habría que fabricarlos de nuevo. Esa es la sensación con un esquizofrénico, no con cuadros medio esquizofrenizados, que pueden rehabilitarse, puede haber una funcionalización del defecto permanente. Pero con el esquizofrénico da la sensación de que no pudo construirse un humano, por lo tanto no pudo construirse un existente, es alguien que vive pero no existe. Tiene que ver con un núcleo al cual se refiera esa experiencia que va a suceder, entonces eso me pasa a mí. La sensación de pérdida del sí mismo, es porque no hay constitución del sí mismo.
V : Yo creo que el drogadicto tiene esta posibilidad de existir a través de esta entidad de drogadicto.
A : Una construcción social hacia afuera. Además la droga debe producir cierta dinámica de conciencia, es decir como es insoportable la parálisis de la corriente de conciencia...
V : Y que produce un ritmo también, porque después viene el bajón, después viene conseguirla, después afanar o prostituírse, hay un montón de cosas que se repiten.
A : Como una religión.
V : Sí, hay rituales.
A : Se puede afanar o prostituírse porque es para eso, para la causa, para el señor de las puertas químicas.
V : Sí, y eso les da toda una identidad. Completan una identidad que si no, es muy difícil hacerla. Los adictos tienen características parecidas, pero hay como algo incompleto, algo que cada uno intenta completarlo de distinta manera, pero ellos lo resolvieron a través de la droga, completaron algo a través de la droga, que es la identidad.
A : Se parecería al psicópata, viste que el psicópata da la sensación de que no hay nadie adentro, y que no puede hacer el proceso de empatía, aprenderlo de chiquito, sentir que dentro del otro hay un proceso parecido a su conciencia.
El humano adquiere una realidad de conciencia, entonces supone que al otro le pasa lo mismo de estar encerrado en una conciencia, y al no poder hacer esa identificación empática, quedan como crucificadores, pero que una cosa crucifica a otra cosa. No pueden acceder a esa identificación, como si no fueran humanos, definido al humano como el existente.
Y tampoco pueden tener culpa, o deprimirse, porque alguien se deprime si adquiere historicidad, adquiere la sensación de que en los otros momentos que él recuerda haber vivido, era el mismo que ahora, hay núcleos que tiene que continuar, un núcleo yoico muy profundo, una especie de suposición de identidad y eso es lo que no aprendieron, no le enseñaron los padres. Entonces quedaron como vacíos, de manera que no pueden deprimirse, no pueden tener culpa y ahora no pueden construir una historia, son los presentes sucesivos discontinuos. Se mueven y actúan como si fueran los robots, como en esas películas en que el otro es un replicante, y de golpe se arranca la cara y atrás hay otras, es una imagen muy norteamericana.
Eso, sería medio imposible por ejemplo en la India, en la India seguramente si alguien no es alguien, es otro personaje, o es un animal, y si es un animal sería alguien sin historia, aunque allá tienen historia también los animales, está animizado todo.
En algunos casos a veces funciona la rehabilitación especialmente con algo que sea tan poderoso míticamente como la droga, como es Jesús,. Por lo menos les permite cambiar la droga por Jesús, eso lo viste o también fracasa ésto?
V : Hay un momento que es un como sí, todo. Fácilmente puede salir el otro, está como el loco y el careta. Más o menos lo van construyendo porque saben lo que tienen que decir, se dejan guiar a veces hacia lugares, pero profundamente está el loco, que en cualquier momento puede salir.
A : Al no tener identidad, pueden simular una rehabilitación…
V : Y aún queriendo rehabilitarse, pero uno siente que es un como sí, van adoptando algunas cosas, van aprendiendo alguna cosa nueva, pero el otro costado, la otra mitad, el otro ser, late adentro fuerte, con un sentido más vital, que fácilmente se transforma en “chamuyo”…
A : Y de golpe puede irse, porque eso lleva sensaciones fuertes…
V : Le da un tono de vitalidad que no le da lo otro. Lo otro lo pone en un lugar de mansedumbre, de espera, de tolerancia, de dolor, que el adicto no puede tramitar.

A : Porque los alcohólicos rehabilitados son monjitas antialcohólicas. Y no tienen nada que ver con el curda divertido que eran antes, el precio que se paga cuando uno vive ese rol, se hace muy grande.
V : Torturan a los demás, los gastan mucho, saben lo que sienten. Gente que trabaja y que se ha rehabilitado, gasta al otro, lo puede gastar pero lo ayuda en ese momento, porque sale el odio que siente el otro y lo humilla.
A : Gasta, quiere decir que se burla?
V : Sí, que lo sobra, que está ya de vuelta, y como sabe todo lo que está sintiendo el otro y realmente lo humilla, es a ése a quién va a respetar después el otro que se esté rehabilitando, porque sabe que ése conoce todas las mentiras que había detrás de su actitud.
A : Tal vez no son mentiras, porque alguien para mentir tendría que hacerlo desde algún lugar, pero si alguien se convierte en otro, no es que miente, sino que no tiene identidad. El joker en las cartas no miente que es un as de espadas, porque en el momento es un as de espadas, pero después puede ser un 3 de oro.
V : Es eso, lo que pasa es que como es muy negador el drogadicto, lo que no tiene que olvidar, es lo que hay por debajo, lo que se intenta cuando se hace ésto es que diga: “Sí, estoy tratando pero no olvido que realmente por debajo está esto”. Como es muy negador y muy manejador, generalmente las cosas que hace son para manejar, para obtener algo.
A : Que es lo único que puede hacer por ahí, como no puede sentir, tiene que manejar.
V : Lo que se intenta, sobre todo en un tratamiento de rehabilitación, es trabajar con lo que realmente está sintiendo esta persona allá en el fondo, porque si no, va a salir en cualquier momento, va a actuar lo otro…
A : Como una curación de transferencia de Freud, de los pacientes que imitan la salud para contentar al terapeuta.
V : Hay algo de eso, van construyendo una nueva realidad, van conociendo algo nuevo, pero eso nuevo, nunca tiene la fuerza de la otra experiencia. La otra experiencia es muy intensa, donde siempre está el tema de la muerte.
A : Cómo está el tema de la muerte?
V : Como que te podés dar vuelta en cualquier momento.
A : Como desafío erótico, como caminar por una cornisa y sentir que está vivo porque puede morir…

V : Y que puede decidir su propia muerte. Está erotizado el peligro.
A : Como ir en una moto a 150, es como el borde…
V : Y aún sintiendo el miedo, esa experiencia es tan intensa que es difícil después que la pueda canalizar en otra cosa.
A : Tiene que ver con la adrenalina, yo creo que las drogas en sí mismas, lo que hacen es activar unas endomorfinas, es decir que la droga está adentro, no afuera, la cocaína hace activar un nivel de adrenalina.
V : Que es lo que usan a veces los altadeltistas, o los paracaidistas, porque esa actividad genera mucha adrenalina en el cuerpo y es como drogarse.
A : Sabés que en ciertas experiencias especiales la sensación es de no cansancio y de una percepción muy intensa que es difícil sustituirla con otra cosa. Que la debe tener el jugador también, son los momentos límites que Dostoievsky describía cuando los personajes de él se arriesgaban a algo entre la vida y la muerte, que aparece esa liberación de adrenalina que da una intensísima sensación de existencia, que tiene que ver muchas veces con el riesgo. Con la expectativa.
V : Esta sensación de vitalidad, de sentido de existencia, no la tiene el adicto.
A : Yo creo que los futbolistas que hacen el gol del campeonato es como si se hubieran pegado un saque terrible. ¿Viste la cara que tienen? Que haya 40 mil personas que te están ovacionando debe ser una sensación de vida muy grande y eso debe ser el equivalente…
V : Sí, hay algo así. Genera esta sensación de tener vida, de estar existiendo.
A : Pero no en el existir entendido como historicidad de la persona.
V : No, es la sensación de vitalidad, de intensidad, de excitación.
A : Del presente intenso.
V : Aparece mucho el tema del aburrimiento, del vacío.
A : Yo creo que puedo entender algo, en pequeña escala seguramente, por mis experiencias, en que la película pasa de blanco y negro a colores intensos. Que las demás personas seguramente consiguen estar sostenidas por una historicidad, un proyecto, y hay como una gratificación suave, como un goteo de adrenalina y ellos no aprendieron ésto. Además, te acordás lo que vos me decías, de cómo controlar la vorágine de imágenes, de cambio…
V : De diversidad de la vida interior y exterior.

A : Casi es exterior que se internaliza, porque es un universo en transformación caótica, pero sobre todo, los que no son drogadictos, lo que consiguen es tener una estructura del deseo que organiza una figura que queda recortada de un fondo, que es todo lo demás que se ignora.
V : Esto de la estructura del deseo… en el adicto también hay trastornos ahí.
A : Porque al no poder hacer eso, tienen que constituirlo en función no sólo del efecto de la droga, sino la droga en sí misma.
En los alcohólicos del Félix Lora, me acuerdo, la botella, especialmente la de litro y medio Termidor, la panzona, era como una especie de ídolo. El que conseguía la panzona era el dueño de la vida, de la muerte, de la alegría.
V : En el tema del deseo, es como si en el lugar del deseo hubiera necesidad.
A : Necesidad en qué sentido?
V : Que la necesidad de la droga remplaza lo que sería el deseo en una persona, el necesitar.
A : Porque lo lleva a una acción, a una meta, a conseguir algo, la tarea, es el tema de la organización prospectiva.
El deseo es un término más francés que es muy abstracto, en cambio los anglosajones tienen la palabra deseo incluida en una acción y la llaman tarea, the task y me parece que eso les da una organización incluso espacial, a dónde ir, cómo conseguir, qué decir para conseguir.
Yo creo que si la droga estuviera al alcance de la mano continuamente perdería algo de la importancia que tiene, porque hay dificultad para conseguirla. Y esa es otra de la característica de lo que es el foco, de la figura, que la figura es algo recortado. Entonces, si la droga estuviera por todos lados, no sé si tendría ese otro efecto que es, que conseguirla es toda una tarea que le organiza la vida.
V : De todas maneras no sé si es así, porque el alcoholismo es más fuerte que la droga, son más la cantidad de alcohólicos. Y generalmente el alcoholismo en los jóvenes es como la primera gran etapa y lo consiguen fácilmente.
A : ¿Pero consiguen también el tomarlo en grupo, con toda la cosa alrededor? Porque a lo mejor es de fin de semana…
V :- Viste como Carlitos contaba ayer, a la noche se juntan y vos ves las botellas de Quilmes, es lo primero.
A : Más que todo es cerveza, no?
V : Y el vino. Hay unos cócteles importantes entre la cerveza el vino, algún gin, ginebra, vodka.
Con el tema de la necesidad, hay algo ahí que no lo tengo muy claro. Pero en los pacientes aparece mucho el tema de frustraciones muy básicas, primarias, de alimentación, de los cuidados más básicos, hay muchas carencias a ese nivel.
A : Hay un perfil en el adicto en torno a que la vida no es muy confortable. No aprendieron lo que tiene que ver con el amor y el trabajo.
V : No hay muchas experiencias de alegría, de buenos recuerdos.
A : Y de experiencias amorosas. Estoy pensando en un drogadicto, ahora, y la madre es medio monstruosa en el sentido afectivo.
V : No hay recuerdos lindos, no hay recuerdos de gratificación. Está la necesidad, como que no pudieron pasar a lo que sería, según vos en los franceses, el deseo. Quedó todo truncado en el plano de la necesidad, hay algo que todavía necesitan en un plano muy concreto de una sustancia para esa experiencia de gratificación que no tuvieron.
A : Sería interesante… experiencias de teta y droga, no se organizó el tema de lo amoroso…
V : No, de lo gratificante, de lo alucinado, ese monto de placer que queda en el amamantamiento. Quedó en que necesita, necesita, y no llega, algo quedó truncado ahí.
A : Hay un completo que no se cierra. A ese incompleto lo llamo Escena Cero. Es una escena que contiene algo temido y algo deseado pero que no cerró, entonces hay un peligro que no cerró y te quedás como atento a cuándo va a estallar ese explosivo, o si no, una torta que casi la comiste pero no la comiste.
Yo construí un supuesto teórico que permite después entender la existencia enferma y la sana, y es, que cada uno tiene una escena que fue armando, y el conocimiento de esa escena cero (cero en el sentido de que es invariante, que se puede modificar, pero la resolución de esa escena incompleta es lo que te lleva a la vida) lo que te da, son elementos de vida para que vos hagas el argumento de tu película.
V : Yo pienso que si eso no ocurre no hay historicidad, en el sentido de que lo que hay, es la repetición de esa escena que no se completa y no hay historia.
A : Por eso cada presente es completo en sí mismo y discontinuo, lo que es, me parece, la conciencia primitiva, arcaica, que es una conciencia sin estar ese presente como cosido por otros presentes y entre todos los presentes generan como una especie de figura, no hay figura cronal (es un neologismo que me ví forzado a crear para indicar una figura que existe en el tiempo en lo imaginario, viene de cronos, tiempo en griego). La figura cronal es algo que no se ve en el espacio, se ve en el recuerdo y la anticipación, es como una esperanza, un atravesar anímicamente, y expectativas, es en el recuerdo la expectativa, y eso es lo que hace que el presente tenga sentido, porque es la transformación del recuerdo en suceso, recuerdo de lo incompleto en completud. Y volviendo al caso del drogadicto, me parece que en él fracasó el mecanismo cronal de crear el tiempo.
El esquizofrénico, ésto, lo tenía agarradito con alfileres y un movimiento de transformación de la vida le produce el brote donde se le desarma todo, y lo que hace es el delirio. El delirio es una restitución de vínculo y argumento, historicidad, porque me persiguen los marcianos, y me persiguen de tal manera que hay una historia en esa persecución. Es decir vuelven a conseguir una especie de sustitución de amor y trabajo, de vínculo y tiempo pero que es ineficiente porque lo dejan aislado. El marciano le da una mirada, que es la mirada que me persigue y yo existo, pero yo existo con ese imaginario y no existo con el que está realmente al lado.
Yo creo que son parientes el psicópata, el adicto y el esquizofrénico, pero como buenos parientes tienen algo en común, la conciencia acrónica, pero distintos modos de existencia.
Ahora, ¿por qué algunos agarran para la droga y otros para la psicopatía? Como los chicos de la calle, donde algunos no son tan drogadictos, pero no tienen la estructura de realidad, de espacio-tiempo que tienen los que tienen casas. Yo le llamo conciencia acrónica, conciencia como la de los animales, que cada vez es presente y no hay memoria de simbolización.
V : Pensaba en una época en que los artistas eran los que estaban asociados con alguna adicción, los que dijiste vos, eran cuatro o cinco, el gordo Troilo, el Polaco… etc. ( y era por razones profesionales… porque trabajaban de noche).
A : Pero era como una estimulación para la imaginación.
V : Yo, los pacientes adictos que tengo, no son muy imaginativos…
A : Ahora ojo, que vos tenés de cocaína…
V : Tengo de cocaína, de marihuana, años de pico… (inyectarse)
A : Pero sólo potencia lo que existe previamente. Porque si vos estás escuchando la Novena Sinfonía y te mandás un saque, a lo mejor la ves en colores, porque potencia lo que ya existe, pero no creás nada nuevo. En cambio, si estás al borde de la desintegración, lo que va a hacer es desintegrarte. La droga en sí mismo no es nada, sino que es un multiplicador de algo.
Yo creo que el tema central en el fondo siempre es el mismo, y es lo que está dado en el fondo más profundo de la conciencia, el vacío y la paralización.
V : Ellos viven en ese vacío y esa paralización. Ellos generalmente, es en la pubertad que acceden a la droga. Ellos resuelven ese vacío…
A : Porque es la gran transformación, mirá qué peligrosa es esa etapa, que produce despersonalización.
V : Es en la pubertad donde se inician con alcohol.
A : La pubertad es el momento donde el mundo imaginario, que lo sostiene su propio delirio infantil, tiene que pasar al mundo real que exigen las hormonas, y ésto, además de la separación de los padres, hace que lo otro sea lo importante, no los padres, entonces empiezan a vivir. En ese momento es donde se pone en marcha el mecanismo que se creó a través de toda la infancia, es como si fabricaran una máquina y en la pubertad la enchufan, entonces va a andar o no según como se armó la máquina. Y en este momento del país las máquinas andan todas mal porque las enchufás y no hay corriente en la red, porque no hay trabajo, por ejemplo.
Es interesante la pubertad, porque es el momento de mayor transformación, como crisis evolutiva, no hay otra igual, tan brusca. Por ejemplo, el envejecimiento, la crisis de salida de la vida, es paulatina.
V : La pubertad se llamaba la gran locura, representada en problemas de vinculación, de sexualidad…
A : Antes de la pubertad, no hay crisis, porque están en un mundo imaginario. Hasta la pubertad estás en ese mundo de la infancia, que es el mundo del juego. Tenés que pasar del juego al contacto real. Y si además el sistema lo impide porque hay desocupación, no pueden hacer una pareja porque no hay trabajo.
V : Eso se reactualiza mucho en lo que es, en los tratamientos, el período de re inserción. Cuando salen de un largo tratamiento en comunidad terapéutica, que es un periodo de aislamiento en el que otra vez están con una teta que les da y les da, les estructura la vida, el día, y lo que tienen que hacer, de ahí pasan a la re inserción que es nuevamente empezar a conectarse con la familia, con el afuera, con el trabajo. Ahí se produce algo más o menos parecido a una regresión importante a lo que sería la etapa de la pubertad.
A : Correcto, en la comunidad estuvieron sostenidos, los horarios…
V: Es como una gran teta que les da y les da, a tal hora cagás, a tal hora fumás, a tal hora tomás la leche, a tal hora reflexionás, a tal hora tenés grupo…
A : Yo lo relacionaba con cómo la concepción de la vida cotidiana es lo que sostiene.
V : Y todo un espíritu comunitario, donde pasan a la reinserción en donde cada uno hace su proyecto, se ven más con la familia, empiezan a buscar trabajo, ahí se arman los grandes quilombos.
A : A veces vuelven ¿no?
V : A veces tienen retrocesos a comunidad, o fugas. Es el período más difícil, que es nuevamente salir solo.
A : Sabés que la realidad existe porque hay una fábula que son los horarios, los roles, el espacio, está todo armado para el de afuera, vos desde ahí te manejás, porque aprendiste más o menos a operar con cierta variedad. Pero si le hacés una jaula muy estructurada que lo vuelve a contener, al tener que volver otra vez a una jaula de mayor variedad, se desintegra.
V : Se pudre todo.
A : Recaen en la droga?
V : Sí, pero antes de recaer en la droga recaen en algunas actitudes, empiezan a mentir, empiezan a desordenarse, a tener actitudes de lo que se llama imágenes, imágenes de la calle.
A : Qué son?
V : Esas imágenes que adoptan en la calle de canchero, la jerga del loco, vos ves que empiezan a actuar como si estuvieran en la calle otra vez desde aquel lugar de loco. Empiezan a tener recaídas en ese sentido, en darse permisos, en lo que era una autorización, en lo que estaba establecido que ellos mismos se habían programado, empiezan como a correrse de esos lugares. Como tienen problemas con los límites, darse un permiso significa ya volver a empezar.
A : Cómo sería eso? Viste que para los fronterizos, los borderline, la terapia tiene que tener la característica de la insulina, en el sentido que es de por vida, es un proceso terapéutico de por vida, porque están en el borde de la constitución de la realidad.
V : De por vida tienen que aceptar que hay determinadas situaciones que los ponen en riesgo.
A : Me refiero a que de todas maneras a lo mejor tienen que estar en una semicomunidad para siempre.
V : Generalmente es lo que hacen, los que vos ves que permanecen en cierto grado de rehabilitación son los que trabajan como operadores.
A : O se meten en el ejército, la marina, algún lugar que tiene esa característica de control externo. El paciente border tiene que estar toda la vida en tratamiento, porque en cuanto no está en esa mirada que lo sostiene, cae en el vacío otra vez, como que están caminando por una pared muy estrecha que en cualquier momento caen para el lado de la locura, vos lo tirás para el lado de la cordura. Imaginate una pared estrecha donde hay un viento que sopla para el lado de la locura, nunca cae para el lado de la salud.
Y el enamoramiento a veces los salva? Aunque han de ser difíciles de amar, de ser amados no?
V : Sí. Generalmente las relaciones en la época en que se drogaban, en la adolescencia, son de mucho maltrato, prostitución, drogarse juntos.
A : Fijate que son acciones. Porque vos podés amar, el juego del enamoramiento es porque tu sí mismo se conecta con el otro sí mismo entonces cada uno le permite la vinculación con la intimidad del otro, son dos intimidade, por eso es tan importante, porque remueve los objetivos. Pero si no existen los objetivos, no existe el sí mismo, es imposible el enamoramiento porque no está el instrumento del enamoramiento que es la interioridad del otro. Porque es cuchi, cuchi…
V : Son acciones acá, porque acá da piñas el chico, o la desprecia y prefiere la droga, o la manda a buscar droga, o sale con otras minas, o la mina lo caga a pedos al tipo y lo maltrata, lo caga a golpes, es la segunda en los robos, al hombre le toca el robo y a la mujer la prostitución, algunas con mayores dificultades de asumir el tema de la mujer han salido a robar, antes de prostituírse, antes de ser mujer. Algunas tienen características de haber cagado a golpes a la pareja y salir a robar, nunca jamás salir a prostituírse, son las más masculinas.
A : Vos tenés pesadas ahí…
V : Son las de moto, el pico de muchos años.
A : Son mucho más pesados que nosotros dos (Viviana ríe.) Nosotros somos pobres melancólicos reflexivos.
V : Yo creo que por alguna razón los debo de comprender.
A : Yo pienso que de pronto uno siente vacío también.
V : Creo que lo existencial detrás de la droga lo conozco. Tanta adrenalina a mí me asusta, le tengo cierta fobia a mucha adrenalina, ese sentimiento de vida tan intenso a mí me provoca... prefiero sentirme medio viva, medio muerta, a sentirme tan viva, me asusta mucho. Yo creo que por eso no fui una drogadicta.
A : ¿Por qué? ¿qué podría pasar? Porque cuando uno dice tengo miedo a algo es porque imagina algo, porque si no, no podrías tener miedo. Hay una escena que imaginás.
V : Me produce la misma intolerancia que esos momentos en que percibo la diversidad y no lo ordeno, simplemente la percibo.
A : Para el lado de una esquizofrenia.
V : Simplemente la percibo desde adentro para afuera, la diversidad toda junta y no me cabe en el pecho la sensación de ver todo eso junto y por instantes puedo permanecer en la observación y en el sentir de esa diversidad, tengo que ponerme a hacer algo con eso, obsesivamente hacer alguna cosa.
A : ¿Qué harías vos, una esquizofrénica, en el límite de tu cuadro? Yo, por lo que hice con el haschís me di cuenta que lo que viví fue una esquizofrenia de disociación, me quedo solo, totalmente solo, se me pierde el contacto con el otro que he conquistado con mucho esfuerzo, para ese lado. No la fragmentación, sino la sensación de un desierto absoluto, de autismo.
V : Yo creo que va por ese lado de la huída a través del autismo o a través de la huída física.
A : Porque la tuya más bien sería, me parece, por esa inquietud frente a la diversidad que se te puede cortar el mundo, justamente no cortar la diversidad y te fragmentás. No es una esquizofrenia fragmentada es una esquizofrenia como el desierto, de la soledad absoluta, de la desaparición del yo porque el otro no está más, y no de la desaparición del yo por la fragmentación. Es como una hipótesis…
V : No aparece tanto la fragmentación, aparece la imposibilidad de contener todo eso.
A : Es decir, alarmarte por la diversidad y justamente en el límite la diversidad te fragmentás, no la podés sintetizar.
V : Es eso, no la puedo sintetizar.
A : En cambio yo, no es tanto eso, quedo fuera de los demás.
V : Sí, hay momentos en que no la puedo sintetizar, eso sería la locura desde el punto más general.
A : Porque debe tener que ver con tus experiencias infantiles, las mías fueron de abandono, de soledad, de abandono involuntario de mi vieja, porque de pronto fue estar en un lugar donde nadie me conocía. Por eso creo que también luché para ser conocido, porque de chiquito nadie me conocía, es decir que no tenía los parientes que decían que yo era yo. Creo que es una compensación. Vos, a lo mejor, con tu viejo debe haber habido demasiados indicios sin poder integrar, demasiados costados de tu viejo y tu vieja que no podés integrar, entonces de sería que de pronto te reventás en pedazos. Y yo quedo congelado en el polo norte.
Es interesante ver en el límite. Porque en el límite, límite, es todo lo mismo, es el vacío, no importa si explotaste en pedacitos o desapareciste porque nadie te vio, nadie te mira, es nada. Y toda mi hipótesis es que lo real es nada, es el vacío, y si vos estás sano es porque pudiste construir gracias a tu papá, tu mamá y la cultura, podés construir la ilusión de una continuidad. Si esa ilusión la manejás mal se llama enfermedad, si la manejás bien se llama realización. Que la enfermedad no es muy distinta de la salud, es solamente una salud no muy funcional porque no te permite ciertas funciones de relación, de pareja, de trabajo, de historicidad, pero que no hay enfermedades, la única enfermedad es el vacío, la nada, es la muerte además. La vida es un fenómeno extraño y si vos no lo construís no existe, no es que aparece la muerte, la muerte siempre está, lo que aparece es la vida. La inversión a la pregunta es que no existe la locura, solo existe la fabricación de un juego llamado cordura, si se te desarma eso aparece lo que había antes, una cosa así (se corta la grabación)
V : Es terrible tener una relación en base a eso.
A : Visto desde afuera, pero desde adentro no, es la cosa más amorosa del mundo
Por eso en los drogadictos creo que en general, los dos son drogadictos ¿o no? O uno es drogadicto y el otro no?
V : En la pareja son los dos.
A : Los une eso.
V : Sí. Uno es y el otro no es, pero lo inicia, es como el mediador, el que organiza esa relación.
A : En ese sentido…, porque cada uno entra en la escena íntima del otro.
V: Aparte los organiza como una especie de proyectito, los ritmos, eso que genera el buscarla, el conseguirla, el momento pico, el bajón y todo lo demás es como un decorado menos importante en función de eso, que les lleva a un ritmo, dan una secuencia. Después alguna que otras vicisitudes que no son muy variadas. No hay realmente más que maltrato, indiferencia, uso, mal uso.
A : Deben ser como los vínculos parentales. La pareja es como que reproduce. Porque además no es milagroso, porque donde vos aprendiste los vínculos fue ahí, es como si vos nacieras en China y hablás en chino y alguien dice: -Qué extraño cómo habla este hombre! Porque si nació en China va a hablar en chino, a menos que aprenda otros idiomas pero va a pedir: “Cololado colto…”
Ahora los padres son más o menos ... Por ej. la madre de un esquizofrénico es bastante calcada una de otra, en general, son monstruosas. Viste que en general, en la Esquizofrenia más bien es la madre, el padre está medio como desdibujado, ausente, es la madre esquizofrenizante la que moldea al futuro paciente.
V : Acá también es la madre, el padre ni figura, puede estar pero está ampliamente descalificado por la madre, no funciona como padre. O a lo mejor ponele que lo trae como muy importante, porque era muy severo, porque era muy rígido, porque era muy vago, porque era una mierda, y es muy grande porque era lo peor de lo peor, pero definido por la madre así. O directamente no está, no existe.
A : Sabés por qué deben ser las madres las que arman un esquizofrénico o un drogadicto? Porque son enfermedades muy regresivas, muy arcaicas, muy antiguas en la evolución y la madre es la que matriza, da la matriz para esa etapa. No es que las mujeres son más locas, sino que tienen una enorme responsabilidad en la crianza.
V : Yo no he visto ninguna de esas madres, que transmitieran a sus hijos el amor de su madre por su padre. Que haya habido algo que transmitiera que esa madre amó en algún momento a ese padre.
A : Que la pareja existió a través del amor, o sea, no fue hijo del amor, digamos.
V : Pero vos ves que cosas así como las que te digo, hubieran derivado en otros cuadros también, no necesariamente de un adicto. O antes, lo que llamamos personalidad adicta, podría haberse llamado de otra manera.
La madre acá aparece como abandonada, cagada por el hombre, golpeada, abusada, como que el hombre la ha re-cagado, el padre ha sido una cagada total y ella es la víctima. El padre un pobre infeliz, el padre es una figura que no está bien vista. Y vos ves que en la posibilidad realmente de rehabilitación, de cura, no se cómo llamarle, está la figura del padre. La posibilidad de la función del padre es la que puede rehabilitarle, algo que funcione como padre, ésta es la función que lo puede rehabilitar.
A : Entonces el adicto se acerca más al psicópata, porque el psicópata lo que tiene es la falta de la ley.
V : Bueno, el adicto también, el adicto necesita al padre que lo separe de esa madre, le de una confianza, un creer, un amor a la vida, a las reglas, al por qué, a los límites, a esta cosa reglada, lo que sí y lo que no, de ley, creer en esto es lo que puede rehabilitar a un adicto, o sea un buen padre.
A : En cambio un esquizofrénico no, un esquizofrénico casi sería algo maternal lo que necesita, porque queda más infantilizado. Creo que es una perturbación más antigua, por algo es oral.


FIN

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